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Desbloqueo el móvil y abro el mensaje, me acerco hacia donde está Helen.

- ¿Puedes decime por qué demonios alguien que no conozco tiene mi número? – digo mostrándole el mensaje.

- ¡Claro que lo conoces!, es solo que no recuerdas – dice dándome una sonrisa

- No lo conozco y punto.

-Está bien... no te enfades ¿sí? Solo dale una oportunidad, es igual de loco que tú. Créeme le agradaste mucho.

Pongo los ojos en blanco y bufo.

-Bien, si no me agrada no me hago responsable.

-Ja, acuérdate de esta conversación cuando lo tengas cara a cara – sonríe y me guiña un ojo.

Le devuelvo la sonrisa y contesto el mensaje.

Allen: Pues... supongo que bien. ¿Qué hay de ti?

-No le has escrito que no lo recuerdas, ¿cierto?

-Claro que no, hablaremos de ello en persona.

-No le digas joder, sentirá que fue irrelevante en tu vida.

-Vamos, solo fue una noche. Se lo diré de la manera más dulce lo prometo.

Niega con la cabeza haciendo gesto desinteresado.

-Bien.

Después de todo, la merienda no está nada mal, yogurt, frutas frescas, frutos secos, puedes escoger si quieres jugo de naranja o café. ¿café con yogurt? No lo creo.

Aunque sería capaz de comerme un perro, decidí comer poco. Luego vendrá la comida.

[...]

Número desconocido: Pues muy bien, digo creo que desperté en mejor condición que tú. Anoche estuviste más loca de lo que acostumbras, bueno... según Helen.

Allen: Creo que sí, oye... ¿podemos hablar? En persona.

-Eres una maldita cortante, ¡háblale con más carisma joder!

La fulmino con la mirada entrecerrando un poco mis ojos.

-No estuviera en esta situación si tú no le hubieras dado mi número sin mi permiso Helen. Así que no discutas.

Número desconocido: Bien, como quieras. ¿en dónde nos vemos?

Allen: En la cafetería en 15.

Número desconocido: Ahora salgo, tienes suerte de que no esté ocupado 😉

- ¿En serio te urge?

-Sí

-Bien, déjame ver tu trasero.

-Claro que no – sonrío

-Claro que sí, venga da una vuelta. Me lo agradecerás.

Niego y le hago caso. Me da una nalgada.

-Ya lo esperaba – sonrío

-Ese trasero es enorme, le vas a encantar. Más como estás vestida, ese pantalón corto te favorece mucho.

- ¿Gustarle? No voy para gustarle.

-Como digas – me da una última sonrisa

Camino hacia el profesor y pido permiso para salir, este acepta.

Número desconocido: Ya estoy acá :D

Allen: Voy llegando.

Termino de bajar las escaleras y lo veo. Cabello negro, alto, tiene un tatuaje enorme en su brazo izquierdo, una sonrisa enorme que me hace temblar... por Dios.

Helen... una vez más, tenías razón.

- ¿Que hay doc? – Extiende su brazo y me toma por la cintura atrayéndome hacia él, me da un beso en la mejilla.

-Pues... todo bien. Creo.

-Genial. Y... ¿de qué querías hablar?

-Pues, verás...

-No me recuerdas.

Vaya si que es listo.

-De verdad, lo siento. No es que seas irrelevante en mi vida, créeme. Pero si quieres podemos conocernos, o sea... empezar de nue...

-Hey calma – dice riendo y alzando una mano – Yo sé que no fui irrelevante, si hubiera sido así... no me hubieras besado ¿no crees? Y por supuesto me encantaría que iniciáramos de nuevo.

¿Por todos los cielos, besé a este hermoso ser... ¿y no recuerdo?,

vaya inicio Al. Sin darme cuenta mi cara está más roja que un tomate.

-Yo... lo siento. Y perdón por lo de tus jeans.

-Ah eso... no interesa tranquila. Hace rato quería deshacerme de ellos, me has ayudado. – sonríe

-Está bien, entonces...

En ese instante el timbre de la hora de la comida se hace presente.

-Creo que me iré, si ven a alguien de la facultad de ingeniería aquí... no pasarán cosas buenas.

Claro... en eterno conflicto entre doctores e ingenieros.

-Sí, te comprendo – sonrío

-Pues bien, adiós doc – me da un beso en la mejilla

Lo veo alejarse, demonios... me gusta. 

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⏰ Última actualización: Oct 24, 2018 ⏰

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