El Funeral.

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Después que nos contaron lo de Sebastian, entendimos como se sentia, lo esperamos toda la mañana, la abuela llego en el ataúd tal como nos dijeron, las personas cercanas, entraron a la casa, todos estábamos con los preparativos listos, esperando la ceremonia del cadáver, no hubieron muchas lagrimas, Sebastian llego un poco drogado, paso por el pasillo casi ido y se fue directo al rió, ese rió, la casa y lo que había en ella, al parecer era una parte fundamental de la familia, kevin y Pablo intentaron seguirlo pero Sebastian los evito y les dijo que se quedaran. Me entro mucha curiosidad de lo que haría solo, aun que era un lugar tranquilo, daba miedo y yo insistía que parecía que estábamos dentro una película de terror aunque en si era un funeral, el funeral de mi abuela. 

campo + bosque + rió + funeral + chico solo = lo peor.

cuando todos estaban distraídos, agarre mi buso negro me lo puse, me puse los converse negros y salí por la puerta de atrás y me perseguí a Sebastian.

-oye, espérame, voy contigo.-le dije a Sebastian mientras le jalaba el buso.

-ahh eres tu Daniela, tengo un poco de marihuana ¿quieres?, acompáñame a fumar.- dijo el dándome un porro.

-bueno, no ah de ser tan malo.-nos sentamos a la orilla del rió, y comenzamos a fumar.

Mientras fumábamos, las lagrimas de el salían, se estaba lamentando de todo lo malo que había echo, de no haberle echo caso a la abuela. No sabia que hacer, o que decirle.

-vamos ya es hora.-le dije abrazándolo.

nos paramos y nos dirigimos al funeral, ya estando allí, la casa estaba repleta de muchas personas que en nuestras vidas habíamos visto, dieron la ceremonia, algunos lloraban, una señora se desmayo cuando vio a la abuela en el ataúd, el funeral podría decirse que fue un coas. Sebastian estaba muy mareado, estaba ido por mucha marihuana, yo le seguía pero aun estaba cociente de lo que pasaba a nuestro alrededor. Luego de que algunas personas desahogaran sus penas, nos dirigimos al cementerio, mis tíos, mis primos y mi familia, en nuestros rostros denotábamos una seriedad como si no nos importara, cuando llego el momento de enterrar el ataúd, nuestra seriedad se convirtió en un mar de lagrimas, todos sentimos la falta que nos haría esa persona que estaba en aquel ataúd, que no la volveríamos a ver nunca mas. Después de aquel suceso, todos volvimos a la antigua casa nos cambiamos y cenamos en familia. 

Los siguientes días, no fueron iguales. Una mierda.

Nota 24

 "Adios, me despido, con la duda del "encuentra a la persona correcta" de los últimos minutos de vida que viviste conmigo, duele mucho, pero duele mucho mas saber que no volveré a verte nunca mas"



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