El Chico de Los Ojos Marrones

Esas manos

Recuerdo la primera vez que sus manos tocaron mi cuerpo, pero en ese momento no significaron nada para mi. Él  apareció  detrás de mi, colocó tus manos en mi cintura, con el objetivo de asustarme y lo logró.
La segunda vez que sus manos tocaron mi cuerpo quizás tuvieron un significado más importante. Estábamos en una fiesta, me tomó de la mano y me invitó a bailar, me llevó al centro de la pista (No bailaba nada mal). Tengo que admitir, que esa vez, despertó algo en mi. Despertó un atractivo en él que me convenció de que era quien yo necesitaba, de que era quien yo buscaba en ese momento.
La tercera vez que sus manos tocaron mi cuerpo sentí una increible electricidad recorriéndome con la necesidad de que sus manos me tocaran aún más.
La cuarta vez, empezó como la primera, tomándome de la cintura, pero luego comenzó a acariciar mi panza semidesnuda por el top, sus manos descendieron haciendo círculos por mis caderas hasta posarse sobre mis glúteos. Estando sus manos allí, con fuerza me atrajo más hacia su cuerpo. Ahora estábamos pecho con pecho y sus manos tomaron caminos diferentes. Aunque, ambas, antes de partir apretaron fuerte mi cuerpo. Una de las manos tomó mi pierna y la guió hasta su cadera. Sentí que éramos como una pareja de tango que se sostienen sensualmente uno al otro por sus espaldas. Lo que indica que hizo su otra mano. Sin embargo, esta mano se hundió bajo mi ropa por mi espalda, empujándome aún más cerca de él, y decidió ponerse a jugar con los broches de mi corpiño. Me pregunté que estaba ocurriendo y hasta donde iba a llegar este caluroso juego de manos.

Ahora, esas grandes y fuertes manos no se cruzan ni por accidente con las mias. Ellas hacen su vida con él haciendo Dios sabe qué.
¿Recordaran esas manos haber tocado mi cuerpo?
¿Encontré manos que me hagan sentir tanto como esas? Si, lo haré... de hecho... encontré unas que me enseñan hasta nuevos mundos.
¿Él habrá encontrado unas así también?