Capítulo 7.
Algunos minutos después yo ya me encontraba en la playa, sintiendo la arena helada introducirse en mis chanclas negras y tirité de frío mirando hacia todas las direcciones. La noche no era mi momento favorito para ir por ahí, y comencé a aterrarme ante el hecho de que no veía a Harry por ninguna parte.
-Boo -dijo alguien en mi oído y grité, alejándome y sintiendo que el corazón me palpitaba salvajemente dentro de mi pecho.
-Hey, sólo soy yo -Harry alzó las manos. Vestía una camisa negra y unos pantalones ajustados, iba descalzo. Incluso en la penumbra, yo no pude evitar mirar su delgada figura iluminada por algunas luces ubicadas en la distancia. Me abracé a mí misma, congelándome.
-Lo siento, no sabía que no estabas esperándome -me dijo, y yo sacudí la cabeza.
-No, no es eso. Es sólo que saliste de repente.
-Lo siento -me dijo, y yo negué con la cabeza. -Bueno, me alegro de que te hayas animado.
Me encogí de hombros, tiritando. -Aún no sé si sea una buena idea -mascullé.
-Bueno, el agua está enfriándose cada vez más mientras nosotros estamos parados aquí -dijo, y se quitó la camisa por encima de los brazos, marcando sus músculos visibles incluso en las penumbras. No se quitó el pantalón, lo cual agradecí, y me tomó de la mano, corriendo directamente hacia el agua. Dejé que las sandalias se fueran de mis pies, pero me detuve antes de tocar el agua.
-¿Qué ocurre? -inquirió. Su agarre llevaba impulsos nerviosos a través de mi cuerpo, y luché por mantenerlos lejos sin mucho éxito. Tragué saliva. Yo no iba a confesarle mi fobia hacia la oscuridad.
-Nada, es sólo... -titubeé. -De seguro habrán medusas, serpientes marinas y esas cosas. No quiero entrar.
Él se rió, sonido que me pareció más que agradable.
-Aquí no hay esas cosas, princesa -me dijo. -He venido a nadar de noche siempre, y mírame, no me ha pasado nada malo.
Lo estaba mirando, oh Dios, lo estaba mirando y estaba segura de que él estaba bien. Intenté apartar mi mirada, pero no pude.
Suspirando, me solté su agarre para quitarme la camisa de tirantes y me dejé el short puesto. Él tomó mi mano y corrió hacia el agua. Grité cuando sentí el contacto de las olas heladas con mis piernas, y me removí hacia todos los lados cuando Harry me echó gotas de agua gélida con sus dedos hacia mi cuerpo.
-¡Tramposo! -le grité, devolviéndole los chorros de agua. Al final, ambos terminamos empapados y comenzamos a nadar más lejos, dejando la orilla segura atrás. Harry se zambullía dentro sin miedo alguno, pero yo me limitaba a nadar detrás de él con mi cabeza en alto, con miedo a que de repente desapareciera y me dejara aquí sola, atrapada en la oscuridad. El pánico me invadió y me di cuenta de que nos estábamos alejando demasiado. Miré la orilla que casi no podía distinguir, y me di cuenta de que en todas las direcciones reinaba la oscuridad. No veía a Harry por ningún lado, y eso me aterró más de lo que podía soportar.
-Oh Dios -murmuré, limpiando el agua salada de mis ojos. -¿Harry?
Tragué saliva, esperando una respuesta, pero nadie respondió. Mierda, mierda, mierda. Estaba sola. Algo le había pasado a Harry. Algo se lo había tragado y ese algo seguro venía por mí ahora, estaba completamente sola.
-¡AH! -grité cuando sentí un jalón en mi pierna, y luego escuché una risita detrás de mí. Me giré para encontrarme con que sólo se trataba de Harry jugándome otra broma.
-¿Por qué demonios hiciste eso? -gemí mientras le lanzaba agua con mis manos, flotando en el agua negra que nos envolvía.
-Lo siento -dijo, sin poder parar de reírse. -Tendrías que haber visto tu cara.
