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-Hasta pronto, Daniel- dije.

Cuando lo vi introducirse a su departamento, me giré a mirar a Jihoon, quien seguía parado allí, de brazos cruzados y mirándome.

-¿Decidiste hacerle caso a Minju?- bromeó.

-¿Qué?- inquirí, confundida.

Se separó de la puerta cuando yo me dirigí para abrirla.

-Sí, eso de buscarte pareja- musitó, pero la broma ya no le salió como tal.

Exploté en estruendosas carcajadas.

-Sólo salí a tomar un café con mi vecino para conocerlo mejor- expliqué-. Eso no tiene nada que ver con los planes macabros de Minju.

Él rió.

-¿Con qué son macabros? Se lo voy a decir, te acusaré- bromeó, divertido.

-No hace falta, ella lo sabe- abrí la puerta y Jihoon se introdujo después de mí-. ¿Si sabes que Minju llega hasta las ocho verdad?- dije, sarcástica.

-Lo sé, pero es que no tengo mucho que hacer y es mejor pasar el rato aquí mientras la espero.

-Bueno, es agradable tenerte aquí mientras que llega- pensé... esperen, esperen, no lo pensé, ¿lo dije?

-Gracias, que linda- musitó y en ese momento di gracias de encontrarme de espaldas puesto que todo el color se me subió al rostro-. Mañana saldremos todos, así podrás conocer a mi hermano, Woojin, ¿lo recuerdas?- dijo, totalmente ajeno al caos que estaba habitando en mi interior debido a sus palabras.

-Emm... sí, estoy emocionada- farfullé.

-Woojin también.

Así, planeamos lo que sería el día de mañana y estar a su lado lo encontraba cada vez más cómodo y magnífico. Él tenía ese raro poder para maravillarme, dejarme sin el habla o adivinarme los pensamientos a veces; era simplemente sensacional y la fierecilla se regocijaba llena de felicidad; pero sólo hasta que llegaba Minju, porque luego, al verlos reírse el uno con el otro y llamarse "amor" ésta empezaba a incomodarse y me hacía salir de la escena cursi que no queríamos ver ni ella ni yo. Porque empezaba a resultarme drásticamente incómoda.

...

-¡Bestia, arriba!- Minju tenía la costumbre de despertarme con golpes en la puerta, por eso era lindo que se fuera a trabajar.

Balbuceé entre la almohada y luego comprendí que los molestos golpes en la puerta no pararían hasta que Minju me viera con los ojos abiertos. Me llevé los puños a los ojos y comencé a tañarlos para desemperezarme, luego abrí paso a un bostezo grande.

Me paré con pereza y abrí la puerta, Minju estaba en la cocina buscando algo en el refrigerador.
Me miró.

-Ponte algo lindo, algo verde, a Woojin le gusta el verde- dijo.

-Estás loca- musité y me di la vuelta para vestirme.

-Si quieres gustarle a Woojin, escucha mis consejos- gritó desde la cocina.

-No quiero gustarle a Woojin, ¡ni siquiera lo conozco!- me quejé, saliendo de nuevo de mi habitación; increíblemente asombrada del esfuerzo de Minju por emparejarme.

-Sólo vístete, ¿quieres? Ellos llegarán en cualquier momento.

-Eres perversa- la fulminé con la mirada.

-Pero así me quieres- me sacó la lengua y me vi obligada a reír.

-Tonta- dije.

Me vestí con una blusa azul turquesa y con unos jeans entubados, sólo por llevarle la contraria a Minju. A los pocos minutos, oí el timbre sonar, y la fierecilla empezó a saltar de un lado a otro cantando el nombre de Jihoon.

Salí de mi habitación al oír el murmullo de las voces, y allí junto al ángel de oro, reposaba otro. Era muy parecido a Jihoon, sin embargo, su cabello llevaba unas ondas, casi como el de Daniel; pero estos rizos se encontraban un poco más despeinados; su piel, más oscura que el color de la de su hermano, hacía lucir sus ojos marrones, y cuando me sonrió, los pómulos se le elevaron notablemente.

-Hola- musité.

-Eunji, mira, él es Woojin- me dijo Minju, empujándome por el codo hacia el par de ángeles.

Entendí la mano para saludarle y él respondió mi saludo.

-Hola- me dijo.

No estaba muy segura, pero sentía dentro de mí como dos partes; una, atenta a Woojin; pero la otra, atenta a Jihoon. Seguro la fierecilla estaba dentro de la segunda.

-Bueno, ya que se conocieron, ¿a dónde vamos a ir?- preguntó Minju.

-¿Quieren desayunar en...?- la voz de Jihoon habló por fin, y yo, completa, me perdí en ella.

Dejé de oír entonces la conversación que tenían los tres, de hecho, mis ojos estaban tercos y habían dejado a mis otros sentidos inactivos, ya que ellos se aferraban a mantener la vista en Jihoon.

Los labios de los demás dejaron de moverse, luego me miraron.
¡Reacciona! Me ordenó una voz en mi cabeza. Entonces mis sentidos comenzaron a activarse de nuevo.

-¡Eunji!- me sacudió Minju.

-¿Eh?- musité, terriblemente desconcertada.

-¿Que si quieres desayunar pizza?- me preguntó.

-Amm... sí- dije.

¿Cuánto tiempo me habían estado hablando?

-Vamos, entonces- concluyó Jihoon.

Nos dejaron pasar primero y luego, en la Hybrid de Jihoon nos dirigimos a un pequeño local de pizza, que desprendía el aroma a salsa abarcando al rededor de unos tres metros y medio.

Nos sentamos en una mesa, Jihoon y Minju en un lado y Woojin y yo en el otro. Ambos enfrente de ambos.

-Pidamos la pizza típica, para que Eunji pueda probarla. Apuesto a que jamás has probado una hecha en Corea.

-Eso es obvio, Minju, ya sabes que no- dije, riendo.

Luego de unos minutos, la pizza estaba servida enfrente de nosotros; y el olor a queso y salsa se desprendía en cada movimiento mínimo de la pizza. Me sirvieron dos rebanadas, que inmediatamente me comí, ya que sabía delicioso; mientras que intercambiábamos la típica información de los que recién se conocen.

Yo miraba a Jihoon sólo cuando nadie me observaba a mí, evitando ser descubierta mientras lo apreciaba en cada paso que daba, cada gesto que hacía y cada palabra proveniente de sus labios. Él era hermoso a su propia manera y ni siquiera se daba cuenta de eso.

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¡Hola otra vez!
Perdón por no poder actualizar seguido, es que estoy en épocas de pruebas y tengo que estudiar muuuuucho!
Prometo intentar actualizar seguido.💕

¡Recuerden sonreír❤!

Manual De Lo Prohibido °Park Jihoon°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora