Cobarde ; 「 ｙｏｏｎｍｉｎ 」 🍋 윤민

z e r o

JiMin, aún tenía el recuerdo de YoonGi en su mente. Ese recuerdo, cuando él lo tenía en sus brazos, le acariciaba esas regordetas mejillas y le decía lo mucho que lo amaba. JiMin aún recordaba el aroma de su cuello; amaba ese perfume maderoso, que describía por completo su personalidad.

JiMin amaba tanto esa cara pálida y fría, esos cabellos desordenados teñidos, esos labios delgados rosas, esa naricita tan delicada, esos ojos chiquititos, y por último, sus bóxers de ositos.

Era perfecto para sus ojos, lo quería para él solito, y para siempre.

Aunque eso nunca logró suceder.

Sus ojos alargados comenzaron a cristalizarse, pero de repente, recordó de que estaba con SeokJin, que lo había llevado a cenar en un lujoso restaurante, por su primer aniversario. Era un día que ambos siempre ansiaron porque llegase. Lo observó y trató de imitar una sonrisa.

— Pensé que iba a ser un día especial para ti...—pronunció esas palabras en voz baja.

Bajó la cabeza para responderle, pero antes de que lo hiciera, ya se estaba marchando. Comenzó a llorar fuertemente, hizo algo malo, se perdió en ese estúpido pensamiento otra vez, el que nunca lo dejaba en paz.

Casi sin razón, marcó desesperadamente el número de Jin, pero no contestaba. Se levantó y fue corriendo a su casa, no quería perder a la única persona que lo ayudó en todo, y que se quedó sin dudar a su lado, sin recibir nada a cambio.

Se detuvo en el parque, al verlo sentado en una de esas bancas de maderos, apoyando su cabeza entre sus brazos, dejando caer esas gotas que brotaban de esos cálidos ojos y que finalmente mojaban la fría nieve en aquella noche de invierno.

Se acercó a él y trató de abrazarlo, creyendo que así solucionaría algo, pero fue inútil. No dejaba de soltar sollozos, mientras sorbía su nariz, de tantos mocos.

— Hoy será la última noche que duermes en mi casa. Mañana, llévate tus cosas a otro lado.

Caminó rápidamente, huyendo de Jimin, para después desaparecer.

Sintió como se hundió profundamente.

Era probablemente la última vez que lo vería...