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Narrador omnisciente:

El orfanato New Moon, en Italia, es muy conocido ya que en el solo encontrarás bebés que son recién nacidos y no más grandes de tres años. Las personas piensan que ese orfanato es uno de los mejores que puede haber en Europa, lo que ellos no saben es que cuando esos bebés llegan ahí, una organización llamada HYDRA decide experimentar con ellos, cuando un bebé entra por las grandes puertas de New Moon inmediatamente recibe una inyección con líquido que puede llegar a matar a ese pequeño si su cuerpo no lo soportaba. Algunos logran soportar el químico y otros simplemente llegan a sufrir grandes dolores que les ocasionaba la muerte. A cada bebé se le aplicaba una inyección diferente y la mayoría de ellos no lo soportaba.

Los encargados de New Moon, al igual que los científicos que trabajan para HYDRA, decidieron que si a los tres años no eran adoptados deberían someterse a más experimentos ya que las parejas que no podían tener hijos propios siempre buscaban bebés y esa sería "la única oportunidad" que los niños y niñas en adopción llegarían a tener.
A finales del año cuando el orfanato debía dar cuentas al gobierno entregaba papeles de todos los niños que habían sido "adoptados" nadie hacia preguntas ya que New Moon tenía mucha influencia en distintos países y eso lo hacía más creíble.

***

Una noche fría y lluviosa alguien tocó las puertas de New Moon, una de las personas encargadas del orfanato se apresuró a abrir la puerta y lo primero que vio al abrir fue una canasta con una manta cubriéndola. Rápidamente tomó la canasta y miró dentro de ella, en esta se encontraba un pequeño bebé con cabello castaño. Cuando sacó al bebé de la canasta un pequeño papel cayó al suelo, lo tomó y leyó en voz alta:

Generó: Femenino
Nombre: Lyra
Apellido: Ivanov
Nacimiento: 28 octubre, 1995

No daba más información, ni nombre de los padres ni mucho menos números de teléfono para contactar a alguien. Otro encargado tomó a la bebe y comenzó a bajar las escaleras hacia el laboratorio, al llegar a la puerta uno de los cientos abrió y lo dejó pasar.
-Creo que está vez deberíamos usar la de memoria fotográfica, eso nos ayudaría demasiado- comentó uno de los científicos que se encontraba mezclado diferentes químicos -ya no tendríamos que preocuparnos por si se nos pierde alguna fórmula o si agregamos el químico incorrecto- término de decir mientras tomaba un papel del escritorio.
-Estoy de acuerdo con Smith- dijo el hombre poniendo a la niña en la mesa -tal vez si soporte el líquido- comentó observando que los químicos que Smith mezcló tenían una reacción negativa.
-Tienen razón- hablo ahora García -voy por la inyección- camino hacia una caja donde guardan las jeringas.

Una vez tuvo la inyección lista, sujeto a la niña del brazo y dejó que el líquido comenzara a adentrarse en el cuerpo de la menor. La pequeña al sentir la aguja perforar su piel comenzó a llorar, no pudo hacer nada más que llorar, García y Smith solo observaron a la niña para ver cual era la reacción que tendría, ambos se impresionaron al ver que solo lloraba, a diferencia de los demás bebés que no dejaban de retorcerse hasta que se calmaban o fallecían.
-Bien, parece que funcionara, ya pueden llevársela- dijo Smith y comenzó a poner notas en el papel de las fórmulas.

Una vez que la bebe ya estuviera arriba, la mujer que la recogió se la llevó para poder alimentarla y dormirla, al igual que Smith y García, se sorprendió cuando se dio cuenta que la niña no tenía fiebre y su llanto había cesado. Cuando la niña estuvo en la cuna, la mujer bajó a preguntar porqué la pequeña pelinegra no había tenido la misma reacción que los demás bebés, a lo que los científicos contestaron que no sabían que era lo que pasaba y que no hiciera más preguntas.

***

Durante los tres años que la pequeña Lyra estuvo esperando ser adoptada, la señora Rossi se encargó de enseñarle a hablar italiano, el cual era el "único" idioma que hablaban las personas del orfanato, y también la enseñó a caminar, aunque la inyección que le pusieron al llegar los había ayudando mucho y no tuvieron tanto problema como con los demás niños.

Lamentablemente la mayoría de las parejas que llegaban en busca de adoptar un bebé siempre iban en busca de varones, lo cual le quitó la oportunidad de ser adoptada, pero para los científicos y doctores de HYDRA era mejor, así no tendrían que estar preocupándose por donde y cómo guardar las formulas que debían preparar para mas experimentos. Cuando la niña cumplió los tres años, inmediatamente la llevaron a donde se encontraba el laboratorio, el cual se encontraba en el sótano del orfanato, ahí se tomaron menos de dos semanas en enseñarla a reconocer colores y ella fácilmente se los apreció. Los científicos decidieron hacer una prueba antes de comenzar a confiarle más formulas a la niña, no le decían los nombres de los químicos para no confundirla, así que cuando querían hacer una fórmula solo la llamaban por números.
-Bene, oggi mi dirai come fare la formula numero sei¹- comenzó a decir García mientras esperaba a que la niña hablara pero esta se quedó callada un momento -dai non essere timido²- dijo para que Lyra hablara, sabía que por el momento la tendría que tratar bien, pues en menos de un mes comenzarían a alterar su ADN para que cuando estuviera más grande comenzara con los entrenamientos y pudiera ir a cumplir misiones para esa organización.
-Giallo e blu³- comentó Lyra en un susurro y miro como el doctor García mezclaba los dos líquidos y se formaba uno verde.
-Hemos hecho varias pruebas, ya sabemos que la primera alteración si funciono, deberíamos comenzar con otras ¿no crees García?- pregunto Smith mientras observaba a la niña -y debemos buscar la forma de que comience a hablar más idiomas, eso nos será más útil- término diciendo para tomar un lápiz y anotar que la prueba había tenido resultados positivos.
-¿No crees que es muy pequeña aún?- pregunto García y volvió a miran a la niña, la cual los miraba con curiosidad al no saber qué era lo que decían.
-Sabes que a todos los demás los comenzamos a alterar cuando bajaron, aún no entiendo porqué a esta no la inyectamos el mismo día que bajo otra vez- miro a Lyra y ella solo hizo una mueca -por hoy solo llévala a donde se queda a dormir, mañana comenzamos con los experimentos, y no quiero ninguna queja de tu parte García, además, llegaron unas inyecciones nuevas, dijeron que deberíamos usarlas, al parecer estuvieron probándolas antes de mandarlas, son cuatro, dijeron que aplicáramos una diferente cada semana- explicó y le extendió el sobre que contenía las instrucciones -se las aplicaremos todas a ella, ya nos demostró que podrá soportarlo, y si todo sale bien nosotros básicamente dependeremos de ella y del soldado- termino de hablar Smith mientras se acercaba a la nevera donde guardaba las inyecciones.
-¿Cuantos idiomas le vamos a enseñar?- pregunto García.
-Los que se pueda- dijo sin voltearlo a ver -ahora ya llévatela- Smith le entrego una grabación que tenía el mismo dibujo animado pero en diferentes idiomas -llévatelo y pónselo, así podrá aprender, con ella será más fácil.

García no dijo nada y solo se llevó a la pequeña para que pudiera mirar el dibujo animado y descansar. El siguiente mes fue muy pesado para la pequeña Lyra, ese mes le aplicaron las cuatro inyecciones que Smith había mencionado, además de que ya había aprendido alrededor de 10 lenguajes.
-Bien, hoy comenzaremos a usar el Teseracto, eso hará que sus los poderes se desarrollen más rápido y ella tendrá más poder- Smith y García habían decidido no hacer ningún archivo con el nombre que la niña, sabían que después la irían a buscar y no se podían arriesgar.
-De acuerdo, pero déjame ver si entendí, no te explicaron bien que era lo que contenían las inyecciones, y ahora la niña posee telequinesis, telepatía, se teletransportara, podrá controlar la mente y recuerdos de las personas, levitara, manipulara el hielo y controlara la electricidad y puede que se le desarrollen más- dijo García mientras enumeraba con sus dedos cada habilidad que la niña tendría.
-Así es, y con el Teseracto sus habilidades crecerán, si ella quiere todo un continente podría ver cómo se agrieta el piso y sale lava de ahí- explicó Smith para llamar a un guardian y le dio órdenes de ir por a buscar a Lyra.

Cuando la niña llegó la metieron en una habitación, en la cual solo se encontraba una silla que le daba la espalda a una ventana pequeña por la cual salía la luz del Teseracto. Esa fue la rutina que tuvo la pequeña Lyra por un año y medio, aprender a hablar, escribir y leer más idiomas, pasar por la luz del Teseracto y aprender a controlar las habilidades que se desarrollaban con el paso del tiempo.

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1) Bueno, hoy me dirás cómo hacer la fortuna número seis.
2) Vamos, no seas tímida.
3) Amarillo y azul.

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