La Mira.

Prólogo.

[En alguna parte alrededor del mundo.]

La gente corre desesperada por las calles de una gran ciudad, mientras soldados se dirigían hacia la zona de dónde venía aquella multitud.

Sargento: ¿Qué diablos está ocurriendo aquí?

Soldado: Señor, se han reportado varias muertes en esta zona, hemos identificado que se trata de un francotirador, pero seguimos sin poder localizarlo.

Sargento: Espera, ¿solo un francotirador?

Soldado: Si, eso indican los reportes.

Sargento: ¿Entonces, por que llamar al ejercito? Esto es algo con lo que debería de lidiar la policía.

Soldado: Señor... No queda ningún policía en la zona...

Sargento: ¿Qué? ¿Acaso hay tan pocos policías en esta parte de la ciudad?

Soldado: Había más de 50.

Sargento: ¿Me estas diciendo que una sola persona asesinó a 50 hombres?

Soldado: Si, y por ello, creemos tener una pista del ti-

Una enorme explosión interrumpe al soldado, atrayendo su atención hacia el origen de esta, de donde, podían observar como un edificio se derrumbaba en segundos.

-¡SEÑOR!

Otro soldado se acercaba apresuradamente hacía el sargento, este tenía el rango de Cabo.

Sargento: ¿Qué ocurre?

Cabo: En aquel edificio, había 6 de nuestros mejores hombres. Al parecer el francotirador tiene bombas trampa colocadas por toda la ciudad.

Otra explosión retiembla en el suelo, acompañado de varios gritos de dolor.

Cabo: Nos está reduciendo en segundos.

Sargento: ¿Cuántos quedamos?

Mas explosiones, los soldados siguen cayendo en las trampas.

Cabo: Tal vez unos 30.

Sargento: ¡MALDITA SEA!

Una última explosión suena, esta mucho mas grande que las anteriores, cubriendo todo el lugar bajo una enorme nube de escombros, polvo y humo.

Soldado: Sargento, ¿Dónde está?

Sargento: Por aquí, siga mi voz soldado.

Soldado: ¿Y el Cabo?

Se escucha el disparo de un rifle francotirador, al instante, se escucha un cuerpo caer. Los pocos soldados sobrevivientes comienzan a correr por sus vidas, sus pisadas los delatan... Otro disparo, ahora más cerca. Los soldados se desesperan, comienzan a correr... De nuevo, otro disparo fulminante; nadie ve nada.

Cabo: Sargento, aquí estoy, tenemos que salir de aquí.

Más disparos.

Soldado: Señor, por a-

Un disparo... El soldado cayó muerto.

Cabo- ¡DEMONIOS! Hay que retirarnos.

Ambos comenzaron a correr, y a su vez, desenfundaron sus armas, preparándose para disparar en cualquier momento.

¿?- Idiotas...

Aquel insulto provino de una voz... Femenina.

Cabo- ¿Qu-

Un disparo proveniente desde sus espaldas; impactó en la cabeza del Cabo... Muerto. El sargento volteo rápidamente, e inicio su desesperada ráfaga de balas.

Sargento- ¿QUÉ QUIERES DE NOSOTROS? ¿QUIÉN ERES?

¿?- Eso no importa.

El Sargento miro hacia de donde provino la voz, pero, antes de poder disparar, un cuchillo lanzado a gran velocidad impacto en su estómago. Cayó al piso, sintiendo como se iba quedando sin fuerzas.

Sargento- ¿Por qué... hacer todo esto?

¿?- Es una amenaza.

Sargento- ¿Amenaza a quién?

La francotiradora se acerco al sargento, se agacho y lo miro a los ojos. Ella portaba una mascara completamente blanca, que solo dejaba ver sus ojos. Era lo único que el Sargento podía distinguir.

¿?- A quien me arrebató mi mundo.

Sargento- ¿Quién...Quién es el?

¿?- No preguntes, disfruta de tus últimos momentos...

Sargento- Pero...

Se quedo viendo fijamente a aquella mujer, y notó una extraña singularidad... Uno de sus ojos era café obscuro, mas el otro resaltaba un color carmesí brillante.

¿?- Adiós.

Exhalo su ultimo respiro, y aquel Sargento, murió, junto a una ciudad que había sido condenada a la ira de una sola mujer... La mejor tiradora de todo el mundo.