No recuerdo la sensación que me atronaba
en esos instantes de recia locura,
la puerta abierta al antojo,
a ese arrojo al cobijo
de una incandescente escaramuza.
Ya no siento el aire golpeando mi espalda,
atravesando las cortinas,
enardecidas a la vista de alguna luna creciente,
oculta entre las almohadas
de blancas nubes lisonjeras.
No percibo ese olor de atardeceres,
cálido de espasmos de ardiente espera,
perfume adherido a mis labios solemnes,
a mis uñas enrojecidas
de asir el mundo con las manos.
Ya no escucho el sonido
de ese canto hipnotizante,
carcomiendo las estrellas,
derrumbando las paredes... mis paredes.
Sin embargo,
Cada vez que duermo
veo tus ojos en la oscuridad absoluta
oteándome a lo lejos,
resolviendo mis enigmas,
desollándome el verso en canciones mutiladas,
recostándose en el nudo que aferra mi garganta,
cada vez que duermo... cada vez que cierro los ojos,
estas ahí para recordarme mi castigo.
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versos de la vida
Poetryel espíritu y el cuerpo a merced de la vida nos va enseñando diferentes colores que a ratos nos complica ver, pero con el tiempo llegamos a aceptar, la poesía llega como un escape, como una forma de contar los universos que encierra tu mente, esta e...