condena de libertad

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Sin quererlo siquiera

me nublé en el oscuro pasar de un tiempo remoto,

en una discontinuidad adversa

que sorbió de mi alma el alma de lo desentrañable,

busqué sin certezas y cogí de las manos muertas de tu muerte

el penetrante olor del vaho de un aliento,

sin procedencias y sin etiquetas,

parecía mezclado en algún pretérito perfecto,

no como este presente imperfecto,

nauseabundo y moribundo.

recordé entonces las promesas escondidas,

entre los baúles con trajes de fiesta,

los que llevaban tanto o más tiempo guardados juntos.

salieron a un desfile de miradas coquetas

y tomadas de mano entre las tinieblas.

las memorias del inconsciente,

del inconsciente humano quien les habla,

aquel que muere cada vez que busca las respuestas de sus errores,

aquel que condenado está a la libertad inexpugnable,

aquel que rehusó el sufrimiento de la felicidad

por quedarse con el frío gusto de las vidrieras y las estanterías,

el lado derecho de la cama y la social aceptación

de idiotas y marcianos.

versos de la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora