-Levanta Lidia, se te va a hacer tarde- me dice mi madre desde la cocina.
-Ya voy mamá- Le dije a mi madre medio dormida.
¡Pues hoy empiezo el tercer y último trimestre del curso! Por fín después de tanto trabajo... Bueno, aún me queda un trimestre enterito, pero seguro que se pasará más rápido que los otros dos.
Me levantó, me aseo, me visto y bajo a desayunar con mis padres.
Estamos todos agotados, después de una semana y pico de vacaciones, cuesta un poco volver a la rutina diaria.
En el desayuno, estamos callados. Creo que es porque recién levantados no hay muchas ganas de hablar, ¿no?
Cuando terminamos de desayunar, mi padre me dan un beso y me voy para el instituto con mi hermana.
De camino al insti, veo a Noe y me lanzo a darle un abrazo super fuerte.
-¡Lidia!, ¡Me alegro de verte!- me dice Noe abrazándome también muy fuerte.
-Yo también tenía muchas ganas de verte tía- Le dije- ¿qué tal esas vacaciones?
-Pues bien, he estado en Almuñecar unos días- me dice animada- ¿Y a ti que tal por SanFer eh pillina?
-Jajaja pues muy bien- Le dije riéndome- He hecho amigos allí.
-¿Y has ligado mucho?- Me vuelve a decir Noe.
-Jajaja bueno... Hay chicos monos pero no quiero nada serio- Le dije sonriendo.
No podía contarle nada a Noe, si le dijera lo que me pasó con Abraham, se quedaría helada. De todas formas, lo voy a guardar en secreto.
Cuando llegamos al insti, mi hermana se fue con sus amigas, (que por cierto, no habló nada en el camino) y Noe y yo nos fuimos para las clases.
Al cruzar el patio, ví a quién menos quería ver, a Carlos...
Oh no, mierda... Carlos sabe lo que pasó conmigo y con Abraham, ¿y si le diera por contarlo a todo el instituto? No puedo permitirlo, me estarían abasallando todos los días a preguntas...
-¿Te pasa algo Lidia?- Me dice Noe de repente.
-Nada-Le dije- Tengo que hablar con Carlos para aclarar una cosa.
-¿Qué dices? Ese gilipollas no merece tu atención- Me dijo Noe con enfado.
-Lo sé, pero necesito decirle algo importante, ahora vengo- Le dije a Noe con cariño.
Fuí a dirigirme hacia Carlos, que estaba hablando con un amigo suyo del instituto.
-¿Carlos tienes un momento?- Le dije a Carlos seriamente.
- ¡Hombre Lidia! ,¿Qué tal todo?- Me dijo Carlos con tono un tanto burlón.
-Carlos, solo es un momento- Le dije otra vez más seria.
-¡Vale, vale! Ya voy- Me dijo Carlos.
Se despidió de su amigo y nos dirigimos a la puerta del instituto, donde no había nadie.
-No digas nada de lo que vistes en San Fernando- Le dije suplicándole un poco.
-Vaya vaya... ¿No quieres que diga que estuvistes saliendo con el Abraham ese sin talento no?- Me dijo Carlos elevando la voz, por suerte, nadie lo oyó.
-¡Carlos baja la voz joder!- Le dije dándole una guantada floja en el brazo.
-No te preocupes, no diré nada- Me dijo Carlos.
-Uff gracias Carlos- Le dije con una sonrisa.
-Oye, ¿te crees que te vas a ir de rositas? Te recuerdo que tu novio me pegó- Me dijo Carlos.
-Lo siento Carlos, pero, ¿qué quieres que haga?- Le dije preocupada
-Es fácil, vuelve conmigo y todo seguirá como antes- Me dijo Carlos con total tranquilidad.
-Carlos, no pienso volver contigo, eso ya te lo dije hace dos meses- Le dije a Carlos enfadada.
-Bueno, pues ya está, ¿a quién se lo podría contar primero?- Me dijo Carlos burlándose de mí.
-Carlos por favor, no me hagas esto, compréndeme por favor- Le dije suplicándole.
-Ya sabes lo que quiero, y no me conformaré con menos- Me volvió a decir.
Vale, haz lo que quieras, piensalo Carlos, no tienes ni una prueba de que haya estado con Abraham. Todo el instituto se reirá de tí si lo cuentas- Le dije con mucha seguridad.
Hija de p***- Me dijo Carlos enfadado.
De repente, me agarró la cabeza con tanta fuerza que me hacía daño, y me besó forcejeándome.
De repente sonó la campana, me soltó y nos dirigimos todos a clase.
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El Destino Perfecto
RomanceEn la anterior novela, Lidia, una estudiante de primero de bachillerato se va de vacaciones con su familia a San Fernando, Cádiz. Allí conoce al ídolo que le cambió su vida, Abraham Mateo, y viven una historia de amor. Pero cuando Lidia tiene que re...