*Me desperté*
-¿Qué ha pasado?, ¿dónde estoy?- Me decía a mí misma gritando y sentada en la cama-Ví a mi hermana sentada en una silla en frente mía, estaba con su móvil. Al verme tan desesperada, no dudó en levantarse e intentar consolarme.
-Tranquila hermanita, ayer fue un día perfecto. Estuvimos juntas con muchísimos amigos, y te ofrecieron una copa. Tú la aceptaste, pero como no estás muy acostumbrada al alcohol, me dijistes que te ibas a casa. Y ya pues te quedastes dormidita- Me dijo mi hermana cogiendome la mano.
-¿Y Abraham?- Dije confundida.Mierda, a mi hermana no le dije nada de Abraham. Ella solo sabía que me gustaba, pero creo que no llegué a contarle nada de lo que pasó en vacaciones. Tan solo lo sabía mi madre.
-Abraham... Que ayer subió un video- Dije rectificando, aunque creo que se notó que ocultaba algo.
-Ah vale jaja, luego si eso me lo enseñas-Dijo mi hermana bastante extrañada.-Paula, ¿Te importaría mucho dejarme un ratito sola? Dile a mami que no me apetece desayunar, que necesito estar un rato sola-Le dije a mi hermana intentando sonreír.
-Tranquila, yo se lo digo- Me dijo- Pero Lidia, ¿te encuentras bien?
-Sí, sí tranquila, solo necesito pensar un poco- Notaba que pronto iban a brotar lágrimas de mis ojos.
-Vale hermanita, te quiero- Me volvió a decír mi hermana.Ví que salió de mi cuarto y cerró la puerta. Acto seguido, empezaron a caer lágrimas de mis ojos. ¿Qué me pasaba?, ¿De verdad todo lo había soñado? No puede ser, parecía tan real...
Me tumbé en mi cama e intenté recapacitar, pensar que todo había sido un sueño y que Abraham no estaba conmigo. Era algo bastante difícil de asimilar, me repetía una y otra vez en mi cabeza que todo no podía haber sido un sueño.
Me tiré el día entero encerrada en mi cuarto, con los auriculares puestos y escuchando a Abraham. Su música me relajaba, pero a la vez, hacía que aún le echara más de menos.
Así el día entero, hasta que se hizo de noche. Mis padres subieron unas seis veces a mi habitación para llevarme comida y ver como estaba, pero siempre que lo oía subír, me metía en mi cama y me hacía la dormida. Tan solo quería estar un día alejada del mundo, ¿tan raro era?.
Dieron las 22:00 y ya definitivamente me metí en mi cama y me dormí intentando dejar la mente en blanco, y aunque me costó, lo conseguí y me dormí rápidamente.
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El Destino Perfecto
RomanceEn la anterior novela, Lidia, una estudiante de primero de bachillerato se va de vacaciones con su familia a San Fernando, Cádiz. Allí conoce al ídolo que le cambió su vida, Abraham Mateo, y viven una historia de amor. Pero cuando Lidia tiene que re...