Las clases se me hicieron eternas, pensaba que jamás iban acabar hasta que dieron las 15:00, sonó la campana y salimos todos de clase.
Estaba recogiendo y noté que Carlos me miraba de reojo, pero decidí no hacerle caso y seguir a lo mío.
Al salir de clase, me encontré con mi hermana, que se acercó a mí y me dió un abrazo.
-Lidia, ¿te puedo pedír un favor?- Me dijo mi hermana con tono de súplica.
-Mm... Venga dime enana- Le dije.
-A ver, no se sí sabes que pasado mañana es mi cumple. Cumplo los 15 y me gustaría celebrarlo en la discoteca que hay al lado del instituto, pero sé que papá y mamá no me van a dejar, y me gustaría que las dos intentáramos convencerles- Me dijo.
En realidad, sabía que pasado mañana sería su cumple. Mi enana cumplía ya los 15 y no me lo creía... Si hasta hace poco nos metíamos en la misma cama porque teníamos miedo, nos poníamos a corretear alrededor de la mesa, nos quedábamos hasta la madrugada contándonos historias de miedo... Éramos inseparables.
-Bueno vale Pau- Le dije- Pero con una condición.
-Aii gracias hermanita, eres la mejor- Me dijo mi hermana abrazándome- ¿Qué condición?
-Que yo te acompaño- Le dije.
-Bueno vale... Pero no seas mamá,¿eh?-Me dijo.
-Trato hecho- Le dije dándole la mano- Cuando lleguemos a casa se lo digo a mamá.
Mi hermana y yo salímos del instituto camino a casa. Cuando llegamos, tocamos a la puerta y nos abrió mi madre.
-Mamá, ¿tienes un momento?- Le dije a mi madre.
-Dime- Me dijo mi madre con una gran sonrisa.
Le hize una señal a mi hermana para que se fuera a su cuarto.
-Verás mamá, como ya sabrás, pasado mañana es el cumple de Paula, y le haría ilusión ir a la discoteca de al lado de insti- Le dije a mi madre amablemente- Por supuesto que yo la acompañaría.
Puff... Bueno si tu la acompañas me quedo más tranquila, pero cuídala mucho por favor- Me dice mi madre preocupada.
-Mamá tranquila, yo estaré con ella en todo momento- Le dije a mi madre para que se tranquilizara.
-Vale, trato hecho- Mi dijo mi madre más tranquila.
Le dí un beso a mi madre y subí a mi habitación a contárselo a mi hermana.
Llegué a mi habitación pero no estaba y fuí a su habitación y tampoco estaba.
En ese momento me acordé de que podría estar en el baño dándose una ducha.
Me acerqué al baño y oí música. Estaba allí. Esperé a que saliera pero de repente, cuando la música bajó, escuché unas náuseas en el baño. Toqué a la puerta.
-Oye Paula, ¿estás bien?- Le dije a mi hermana preocupada.
-Estoy bien, ahora salgo- Me dijo mi hermana apenas alzando la voz.
Ví que se abrió la puerta del baño y salió mi hermana. Estaba un tanto pálida, estaba muy rara.
-Paula, ¡Mamá me ha dicho que sí!- Le dije.
-¡Bien! Qué guay hermanita- Me dijo mi hermana y me abrazó.
-Bueno, vamos a comer que tengo hambre- Le dije.
-Yo ya he comido en el insti- Me dice.
-Ah vale, pues ahora vengo. Si quieres quédate en mi cuarto- Le dije.
-Vale- Me respondió mi hermana.
Bajé a comer con mis padres y les dije que Pau había almorzado en el insti. Hoy había spaguettis, mi comida favorita.
Al terminar, subí a mi cuarto y ví a mi hermana por la puerta entre abierta. Se estaba probando ropa, supongo que para su cumple en la discoteca.
Al quitarse uno de los modelos, la ví en ropa interior y la noté más delgada de lo normal.
Entré a mi cuarto sin llamar.
-Joder Lidia toca a la puerta- Me dijo mi hermana cubriéndose el cuerpo.
-¿Por qué estás tan delgada?- Le pregunté con un tono bastante serio.
-¿Delgada?, pero si parezco una foca- Me dijo mi hermana.
-¿Qué?, ¿Una foca?, ¿Pero tu has visto lo delgada que estás? Parece que estuvieras anoréxica- Le dije preocupada.
Ví una lágrima caer por la mejilla de mi hermana al terminar la frase.
-No se lo digas a papá y a mamá por favor- Me dijo mi hermana suplicándome- Llevo una semana con esto, pero te prometo que lo voy a dejar.
-Hermanita joder... Tia si tienes un cuerpo bonito, ¿por qué te haces esto?- Le dije a mi hermana.
-No lo sé, me veía gorda- Me dijo.
-No lo vuelvas a hacer, ¿me lo prometes?- Le dije.
-Te lo juro, lo siento mucho- Me dijo mi hermana disculpándose.
-Venga, vamos a comer que seguro que no has comido, y después te eligo un modelito para tu fiesta del sábado- Le dije.
-Vale, gracias por todo- Me dijo mi hermana abrazándome.
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El Destino Perfecto
RomanceEn la anterior novela, Lidia, una estudiante de primero de bachillerato se va de vacaciones con su familia a San Fernando, Cádiz. Allí conoce al ídolo que le cambió su vida, Abraham Mateo, y viven una historia de amor. Pero cuando Lidia tiene que re...