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Fruits des bois.”

París, Francia.

Kim NamJoon.

Hay un pecado el cual me persigue, mañana, tarde, noche; semana tras semana; mes con mes.

Se mese sutilmente delante mío, en cada paso deja su aroma y me atrapa. Su voz me hace soñar despierto y su mirada me hace querer encontrar la estrella perfecta en una galaxia.

Me siento desdichado cuando me sonríe, pero a la vez la dicha de saber que esa risa esta dedicada para mí.
Tengo el orgullo que respire mi mismo aire y que en su sangre lleve la mía, pero me atormenta a el mismo tiempo.
Mi pecado tiene nombre, mi pecado tiene mi mismo apellido, mi pecado vive en mi misma casa y come en mi misma mesa, duerme en mi mismo cuarto y me desea las buenas noches siempre.
Es sangre de mi sangre, mi pecado es Kim SeokJin. Mi hermano mayor.

Y yo estoy perdido y locamente enamorado de el.

De sus defectos y de sus virtudes.
Pero para mi, Kim SeokJin no tenía ningún problema, era perfecto en su totalidad.
O simplemente no sabía si yo también deseaba sus defectos o lo amaba tanto que sus desvirtudes me parecían hermosas.

Y lo veía justo como todos los días, lo admiraba en silencio, con el deseo con el que me levantaba cada mañana. El deseo de querer embriagarme en su olor a cerezas frescas. Saciar mi curiosidad y saber si en realidad sus labios sabían a las dulces fresas, si su amor era igual de ácido a las frambuesas o si sus miradas estaban cargadas de agridulce como las moras azules. Porque para mi, mi hermano era como un bosque lleno de frutos rojos que yo ansio descubrir poco a poco.

No recuerdo con exactitud cuando comenzó mi tormento, talvez desde niño sentía la pequeña atracción y simplemente trataba de pensar que solamente lo apreciaba. O talvez fue aquella noche en la que no soporte más la perdida de mi madre y terminé llorando entre sus brazos, uno de sos cosas:

Primero, puede que me haya enamorado en el brazo.

Segundo, puede que me haya cautivado el olor a cerezas, justo como el de mi madre.

Puede que sea lo segundo, por que recuerdo haber hasta lo imposible para que mi padre me enseñara como hacer ese perfume.

NamJoon —su voz aterciopelada me llama y yo siento mi alma subir al cielo y bajar al mismo tiempo.— papá te habla.

—¿para qué quisiera verme papá? —pregunto maspara el que para mi mismo. Lo observó sentarse enfrente mio de forma elegante, cruzando una pierna colocando su codo en la mesa para posar su lindo rostro contra su mano.

—Yo que sé, dímelo tú. No me habla a mi, te habla a ti. —comenta divertido deshaciendo su postura y yo casi suelto un suspiro debido a la sonrisa que escapó de sus labios.

—Ya lo sé, señor sarcasmo.

—Lo mas probable es que necesite ayuda con alguna colonia o algo así. —dijo sin interés caminando hacia los estantes donde estaban los perfumes, dándome la espalda permitiéndome ver el ancho de sus hombros.

—SeokJin.. —susurré y caminé hasta quedar atrás de el, tomando su hombro, sintiendo su piel tensarse a mi tacto y esbozé una sonrisa— Quedate aquí en la tienda, en seguida regreso.

Sentí el dolor en mi pecho al despegar mi mano de su hombro, era como un sentimiento de decepción y mi piel ardía por el toque.

Definitivamente estaba enomorado de Kim SeokJin, eso era algo inevitable, sin embargo era un gran pecado. Aún así no me remordería tanto la conciencia si llegase a cometer todo y cada uno de mis deseos.

Pero eso nunca podía suceder.




Empecemos de nuevo...

—HoneyDD💕

𝑨𝒓𝒐̂𝒎𝒆 𝒅𝒆 "𝒄𝒉𝒆𝒓𝒓𝒚". || NamjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora