—¡Artemisa!
El autoritario y firme tono de voz que resonó por el hogar, fue lo suficientemente fuerte como para que la joven, quien se encontraba en una de las tantas habitaciones de la mansión, pudiera oír a su padre.
Sus párpados se separaron con pereza y con su mirada inspeccionó a su alrededor, buscando algo con que cubrir sus oídos. Un bufido molesto se abrió paso por su garganta mientras cerraba sus ojos de nuevo y ocultaba su rostro entre las palmas de sus manos. Una de las cosas que más detestaba Artemisa era que la levantaran a los gritos, y algo que más le irritaba era el hecho de levantarse de su placentera siesta para terminar de organizar la estúpida fiesta que su padre hacía.
Cuando llegaron a su mansión, Artemisa decidió que necesitaba descansar y tomar un poco de reposo. Zacharyas no se había opuesto a eso, sabía que su hija lo necesitaba y aceptó, siempre y cuando ella despertara una hora antes de que el evento diera inicio. Su padre no le había dicho mucho sobre la razón de aquella emoción y alegría que llevaba consigo, había preferido ahorrarse detalles e información para él mismo, cosa que, de alguna manera, molestó a la muchacha. Ella pensaba que al menos debía saber el porqué de ello, sentía que era su derecho saber porqué su casa sería invadida por personas tontas y para nada bienvenidas.
Intentando alejar sus deseos de quedarse en el interior de su cama, se levantó del colchón y se puso de pie con dificultad. Aún seguía con sueño y aquello, mezclado con el mal humor que siempre tenía al recién despertar, no fue una buena combinación para ese momento.
Cuando ella fue a tomar su siesta, Zacharyas había llamado a un personal completo para alistar su casa para la fiesta, haciendo de su hogar un caos estruendoso y muy poco agradable ante los oídos de Artemisa. El ruido estrepitoso de objetos de plata junto al murmullo fuerte de voces que desconocía, le provocaron a la morena una fuerte migraña con la cual empeoraba más su malestar.
—Mierda —La joven deslizó sus manos sobre su rostro, acarició su cabello e intentó desenredarlo con sus dedos.
Caminó un par de pasos hasta la puerta y abandonó su habitación, emprendiendo camino por el extenso pasillo de la segunda planta. Sus pies descalzos pisaron el suelo de madera, que crujía a medida que avanzaba, y sus ojos viajaron con pereza hacia los retratos colgados en las paredes. Llegando hacia las escaleras, ella tuvo que entornar sus ojos cuando la fuerte, y muy molesta a decir verdad, luz golpeó su cara cegándola por unos segundos.
Mientras bajaba por los escalones, miles de maldiciones salieron de sus labios hasta que sus pies tocaron el vestíbulo. Buscó con su mirada a su padre, sin embargo, lo único que encontró fue a un par de desconocidos con trajes que caminaban en su sala de un lado para otro como Pedro por su casa. ¿Acaso no podían ser menos ruidosos?
Arrugó su nariz y una de sus cejas salió disparada hasta el cielo al divisar una espalda ancha fundida en un traje negro muy familiar.
— ¿Acaso vendrá la reina de Inglaterra? —Inquirió, cuando el hombre se dio media vuelta hasta quedar frente a frente.
Los intensos ojos grises frente a ella la inspeccionaron de pies a cabeza, y una mueca de genuino fastidio se dibujó en el rostro de la morena al ver la expresión desaprobatoria en él.
—Artemisa, ya deberías estar vestida —El tono de voz que el moreno utilizó la hizo rodar sus ojos.
—Tranquilo, papá —Respondió, chasqueando su lengua con calma. Una sonrisa se dibujó en su rostro cuando su padre le dedicó una mirada de advertencia —. ¿Acaso la fiesta no empezaba a las ocho?
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SCARY LOVE;; sebastian stan
Fanfiction❝ 'Cause you hold me like a woman ❞ ━fanfiction;; sebastian stan ━cover by;; @MIKAHRE ━ 08/10/18