5 de enero del primer año

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El día de anteayer fue de lo más apático. En casa, leyendo, jugando a juegos de mesa y ayudando en las tareas del hogar. ¿El motivo? Una tormenta que nos impidió salir de casa.

ODIO cuando no se puede salir de casa. Es aburrido.

Pero en esta ocasión, conté con As.

Aproveché para explicarle en qué consistía el día de Reyes.

«El día de Reyes las personas se hacen regalos entre ellas.»

«¿Por qué?»

«Porque cuando nació el niño Jesús los tres Reyes Magos... (rollo que ya sabemos)»

«¿Cuándo es el día de Reyes?»

«El cinco de enero, ¿nunca lo has celebrado?»

«No, en el orfanato no se hacían estas cosas, y nuestros padres con suerte nos daban dos platos de sobras al día...»

Tan solo conozco a As desde hace cuatro días, y ya sé que su infancia fue realmente dura. Nunca podría imaginarme a mis padres dándome sobras, tratándome como a una criada, o pegándome por no calentar lo suficiente la leche para el desayuno.

Por eso que nunca seré consciente de su dolor.

El caso es que ayer por la mañana, As estuvo muy misterioso conmigo.

Nada más levantarme, él estaba desayunando y preparado para ir a la aldea.

«¿Vas a la aldea?»

«Sí. ¿Por qué?»

«Nada, por saber. ¿Puedo acompañarte?»

«¡NO! Di-digo... Es que... Me voy a trabajar para Frederic... Quiero decir... Ves a la aldea si quieres ¿eh? yo tampoco te obligo a nada pero que sepas que voy a estar trabajando y no merecería la pena que me acompañaras... ehem» rió, un tanto nervioso.

«Ehmm... vale... voy a quedarme, de todas formas tengo que ordenar cosas en mi cuarto...»

«Valee adiós Chris.»

Recogió su plato y se marchó, andando a paso ligero.

Yo subí a mi cuarto, que realmente parecía una leonera, y comencé a poner todo en su sitio, antes de que mi madre lo viera, se espantara y comenzara a sermonearme por no mantener mi habitación en condiciones decentes.

Una vez hube recogido y limpiado, cogí "Inocente" y bajé al patio interior, para acomodarme en la hamaca y leer, relajándome junto a la agradable brisa y el frescor de la humedad y el olor a lluvia del día anterior.

Saludé a mi padre, que barría hojas y ramas caías de el sauce llorón, a causa de la tormenta.

Llegó la hora de comer, esperé que viniera As, pero no llegó. Les dije a mis padres que se había ido a trabajar para Frederic y supusimos que volvería a comer un poco más tarde.

Tampoco llegó más tarde.

Ocupé mi tiempo intentando encontrar un regalo de reyes apropiado para As.

Pensé en una pulsera de diente de cocodrilo, pero no sé ni cómo pude ser tan estúpida como para si quiera barajar esa opción.

Pensé en un reloj, pero tendría que ir a la ciudad y eran seis horas de viaje en jeep, así que como comprenderéis no me daría tiempo de ir, elegir uno y volver.

¿Una colonia? No, no es un regalo demasiado útil...

¿Qué le regalas a un chico de diecinueve años el día de reyes?

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⏰ Última actualización: Aug 12, 2014 ⏰

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Bajo la piel del cocodriloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora