10. Los padres

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Loana

Llegamos al aparcamiento, al lado de la cabaña de recepción, dónde están todos los padres esperando. Sólo espero que no me asesinen. Nina suelta mi mano y corre hasta sus papis.

—¡¿Dónde está Elías?! —pregunta gritando y llorando.

—Con sus amigos —dice la mujer de cabello azabache.

—Tú debes ser Anahí —Me le acerco —me disculpo por lo sucedido.

—Lo importante es que están todos bien —responde el padre de la niña.

—¡Yo voy a hacerte una demanda! —Viene la mamá de Evan caminando muy furiosa hasta mí —¡¿Cómo pierdes a mi hijo?! —me grita —¡¡Estúpida!!

La famosa Crista Ricoy va a matarme. Me sobresalto cuando su esposo, pone una mano en su hombro, pero repentinamente todo se calma.

—Estoy seguro que eso no volverá a pasar —dice el hombre del intenso verde en sus ojos y por un momento me da un escalofrío con ese tono suave de voz inglés.

—Princesita —Daniel levanta a su hija en brazos.

Es un hombre muy participativo en la escuela.

—¿Todo en orden? —Se acerca la madre.

—Por supuesto, no hay ningún problema —expresa Alexis muy tranquilo.

—Él es el novio —Tristán lo señala como si nada.

—¡¿Qué dices?! —Me sonrojo agarrándome los cachetes y el coordinador se ríe.

—Tiene su ropa —responde el nene y sigue levantando su dedo para mostrar.

—Oh cierto —Le devuelvo su chaqueta y Alexis me sonríe.

Me voy a desmayar.

—Mientras los niños juegan solos, tú estás coqueteando —se queja Crista.

—¡Lo siento! —me disculpo —No es así, Evan, él, no lo vi y... —Me pongo nerviosa, ya no sé ni qué decir —. Perdón.

—Ya está, ya pasó el susto —Veo acercarse a Ian Ricoy con una bebé en brazos —¿No? Cariño —Mira a su esposa que también tiene otra.

Son gemelas ¡Que bonito!

Me pregunto si algún día tendré hijos, pero con mi suerte, la próxima que se pierde en el bosque no serán los niños, sino que seré yo.

—No hay drama —Se ríe la mamá de Tristán —¡Oh cielos! Creo que olvidé las llaves del auto —Se da cuenta.

Bueno, parece que ella tiene menos suerte, no estoy tan mal. Parece una mujer despistada.

—Nosotros trajimos camioneta, los llevamos —Viene la mamá de Lucía.

—Amy, no puedes invitar a la gente así porque sí —Se queja el famoso Carter Elek que ha estado en muchos escándalos.

La mujer saca una libreta desde su escote.

—"Sus mentiras ya no son creíbles" —Él se ríe cuando ella escribe y dice eso en voz alta.

—Como sea —dice Crista y agarra la mano de su hijo —ya nos vamos, te estoy vigilando —me amenaza.

—Sí, nos vemos —Muevo la mano a modo de saludo, cuando veo que se van.

Suspiro cuando el alivio llega a mí, pero se me eriza la piel al darme cuenta que me he quedado sola con Alexis.

—Y bien —dice él poniendo las manos en su cintura, estando relajado —¿Quieres tomar un café? —Me sonríe.

Me sobresalto sonrojándome, entonces me doy vuelta para mirarlo, así que también le sonrío.

—Claro.

Creo que la suerte está cambiando. Se gira y comienza a caminar, por lo tanto lo sigo.

—Por cierto, oí tu pregunta.

—¿Eh? —digo confundida.

—No, no tengo novia —me responde lo que antes quería saber pero se me había escapado.

¡Oh cielos, me escuchó! Bueno, estábamos muy cerca. Entonces camino a su lado y le sonrío.

—Que bueno —opino —estoy de suerte.

—Así parece.

El fin.

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Minis Ricoy (R#11)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora