Oye, fea | Harry Styles |NO EDITADA. SOLO HASTA EL CAPÍTULO 19|

Capítulo 18

                                                     

Oh. Maldición. Santa. Mierda.

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–No estoy actuando rara. Solo me ha agitado lo que acabas de decir. No pensé que …esto que tenemos…No pensé que eras de los que presentan a sus novias a sus padres –dije al fin, abandonando todos mis rodeos, pero me arrepentí de inmediato. Qué frase tan inadecuada y cliché.

–No me sorprende que lo pienses, _____, pero tú no eres solo mi novia.

Sonrío indefensa ante su confesión  e intento actuar como si lo que dijo no hubiera sido la gran cosa, aunque muy dentro de mí brinco colapsando de gloria, realizando una especie de baile de la victoria.

–Sin embargo, Harry, una relación de algunos días no amerita involucrarme tan íntimamente en tu vida. No creo que sea necesario, yo…simplemente creo que es un paso importante.

Se encoje de hombros y su típica sonrisa encantadora se apodera de su rostro.

–Qué insegura eres.

Levanto mis cejas y lo miro, desafiante. Sin duda, me ha ofendido y ha traído recuerdos del pasado a mi memoria.

–De acuerdo, de acuerdo, haz lo que quieras, creo que no podré hacerte cambiar de parecer. 

– ¡Creo que yo no podré hacerte cambiar de parecer a ti! ¿Qué tiene de malo? Vamos a la casa de ellos, todos te abrazan, almorzamos, te cuentan sobre mí cuando era pequeño. Fin. Todos felices, pequeña mujer. Eso es todo, vamos, sonríe y di que sí, no pretendo obligarte.

–Mmm… –dudo por unos segundos, pero es realmente imposible resistirse a sus ojos brillosos y sinceros, parecidos al del “gato con botas”.

Debo decir que sí, pero me atormenta demasiado. Todo está sucediendo demasiado rápido, me siento agobiada y sin salida. ¿Nos quedaremos en la casa de sus padres todo el tiempo? ¿Serán como él o serán correctos y disciplinados? Suspiro, perdida en mis pensamientos y el chico alto a mi lado, lleno de rizos despeinados, me desestabiliza al momento en que su aliento choca en mi cuello pronunciando mi nombre juguetonamente.

–_____...–me giro en mis tobillos intentando encontrar sus ojos.

–Sabías que diría que sí, eres tan persuasivo, Styles –sonrío y ordeno un poco su cabello.

–Pensé que habíamos dejado lo de los apellidos atrás, Lewis –me río como una niña pequeña y mis hombros se contraen por el sentimiento.

–Será asombroso conocer a tus padres, Harry –digo sin ningún pretexto más y al escuchar mi respuesta sus ojos brillan de una forma tan inocente que me voy perdiendo en ellos. Me fascina este hombre.

                                                  ***   

El camino a nuestro destino parece de ensueño, pero mi agudo dolor de cabeza y mis mareos por poco constantes, no me dejan disfrutar la ocasión del todo. Observo jardines en cada cuadra, árboles alegres bailando junto al viento y un novio perfecto. Bueno, casi novio. Dirijo mi atención hasta mi mano izquierda, está cálida y protegida por el suave tacto de la suya sobre la mía. Centro mi atención en su gran mano, es tan…varonil, las venas sobresalen en ellas y le dan un aspecto rudo y fuerte, pero es divertido que al mismo tiempo no sean ásperas si no dóciles.

– ¿En qué piensas? –interrumpe mi análisis  de manos y alzo mi vista, chocando con sus bellos ojos verdes. 

–Estoy ansiosa –me encojo de hombros y le dedico una suave sonrisa. Desvío mi mirada hasta mi ventana y sigo contemplando el paisaje. – ¿Cuánto falta?

 Suelta una carcajada y responde divertido.

–Solo algunas cuadras más. Pareces una niña, _____, ansiosa por llegar a su destino.

Mi destino. ¿Podría él ser mi destino? ¿Él creería que llevarme a conocer a sus padres era un paso importante?...Calma. Calma, _____, aún no terminas el instituto como para pensar en algo serio. Abrí mis ojos como plato, una bombilla se encendió en mi cabecita, no debía ser serio, pero… ¿cómo algo no podía tomar algún nivel de seriedad con una persona como él? Tal vez yo conocía su secreto mejor guardado, tal vez solo yo lo conocía, eso me hacía entrar en su vida de manera significativa. Él era parecido a un chico problema. ¿Cómo podría pensar que mi destino puede ser él? Las personas como él, se acostumbran a llevar ese estilo de vida, escapan de las autoridades, y no tienen trabajos en los que un sueldo se especifique en un contrato. Él no podía formar una familia, no viviría en un vecindario amigable y acogedor como el de las películas, él…tal vez terminaría en la cárcel. Me llevo una mano rápidamente a mi boca que forma un “oh” de espanto. Tal vez ni siquiera iría a la universidad. ¡_____, no puedes pensar así!

– ¿Estás bien? –Harry me mira preocupado y atento. Oh, cielos…estoy arruinando todo antes de que empiece.

–Quise bostezar pero no pude –mentí de manera descarada. Él me miró extrañado y confundido, sin creerme demasiado, pero luego lo dejó pasar. –Harry, ¿te gustaría ir a la universidad? –pregunté de la nada.

–Sí, ¿a quién no?

– ¿Y ya sabes a cuales te postularás?

–Mi madre quiere que estudie en Estados Unidos, _____.

– ¿Por qué? –pregunto tímidamente. 

–No me ha dado ninguna razón clara, pero no quiero pensar  en eso ahora –se encoge de hombros y no especula nada más. Me siento insatisfecha ante su falta de preocupación por su futuro y vida en general.  

Algunos pocos segundos pasan y el taxi se detiene, justo en la entrada de una gran y elaborada casa. Miro a Harry confundida, ¿de verdad es aquí?

–Vamos –me sonríe y mi corazón se acelera.

Tomamos las maletas y me detengo en seco justo en la vereda. Es una casa grande e intimidante. No parece una casa común y corriente.

–Vamos, están esperándonos –me da un empujoncito por la espalda y tiro con mis manos la delicada verja que separa el hermoso jardín de la señora Styles de la vía.

Con nuestras maletas, siendo arrastradas por un estrecho camino de piedras y nuestras manos entrelazadas finalmente llegamos a una gran puerta y Harry se atrevió a golpear y después al percatarse del timbre justo a un lado de ésta, lo tocó, llenando a mis oídos de una memorable canción muy particular.

Una mujer adulta cuyo cabello negro no llegaba más allá debajo de los hombros, apareció a través la inmaculada puerta, y nos sonrió como si nos conociera de toda la vida.

–Tú debes ser _____ -exclama alegremente, con una sonrisa de oreja a oreja y me contagia de sinceridad. Le saludo con una sonrisa y Harry aprieta mi mano. Lo miro, está sonriendo, completamente feliz y orgulloso.

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Hey chicas, me disculpo por no haber subido capítulos en mucho tiempo, pero ya me he repuesto y me he esforzado para que disfruten de lo que escribo. Gracias por sus bellos comentarios, ustedes son geniales <3