No ser una opción

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A veces me pregunto: ¿seré la primera opción de alguien?. Aunque sé que la respuesta es un NO rotundo, siempre tengo la esperanza de serlo. No es algo posible si realmente no socializo mucho con las personas que me rodean, pero me hace daño pensar que aunque yo me entregue, la otra persona no siente lo mismo. La otra persona tiene a alguien más con quién desean estar. Me siento como si fuera un adorno, una cosa que sirve para desahogarse, pero realmente a nadie le importo. No importa cómo me sienta, siempre voy a ser la segunda opción,  a veces ni eso... ni la tercera o cuarta o quinta, siempre hay personas por delante mío. Siempre me dejan atrás. Sé que si yo no hago algo para acercarme no voy a conseguir nada, pero el miedo al rechazo es más fuerte. El miedo a perder lo poco que tengo. De sentir que ya no vale nada mi existencia por no ser capaz de hablar lo que siento con los que aprecio.
Pero nadie se preocupa realmente por preguntarme, por decirme "Flor, vení y contame qué es lo que te hace no querer salir de la casa o de la cama", nadie lo hace. Sí lo de "vení que estás muy lejos para la foto", pero ¿de qué sirve una foto, si a esas personas no les importo en realidad?. La respuesta es simple: de nada, con el pasar del tiempo esas personas me van a olvidar, y yo voy a seguir ahí, esperando a que alguien algún día diga que sí le importo...
A penas estoy por cumplir mis 16, pero se siente como si hubieran pasado muchos más, se siente como si estuviera... sin vida, muchas veces. Y me duele porque no puedo simplemente desaparecer como me gustaría, porque tengo que estar ahí para mis hermanos. A pesar que ellos se eligan entre ellos antes que a mí,  por que lo entiendo, ellos son más hermanos entre sí, que conmigo. Y a la menor... es una bebé, si no estoy seguro en unos días se olvida de mí, no va a afectar mucho que ya no esté. Porque soy una persona reemplazable, una persona que pasa, una persona más del montón, una persona sin importancia. Y aún así siempre estoy cuando alguien me necesita, esperando a que la otra persona lo esté cuando yo lo necesite, pero no suele pasar. Estoy en soledad, aunque me rodee gente.
"Cuanto más he de esperar, cuánto más he de buscar, para poder encontrar la luz que sé que hay en mí. He vivido en soledad, rodeado de multitud. Nunca he conseguido amar, pues no me quiero ni yo", esta pequeña frase me hace sentir totalmente identificado.

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