COLAPSO

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ESCENA SÉPTIMA

-Nerea llega a casa. Abre la puerta lentamente, se ve a su madre en el sofá viendo la tele. Se aproxima a ella sin decir nada, tira la mochila junto al sofá y se sienta al lado de su madre.-

-Nerea: Quiero merendar.

-Madre de Nerea: -Mirando la tele.- ¿No vas a saludar?

-Nerea: Eres tú la que me huele las cosas a no sé cuantos metros y saluda la primera.

-Madre de Nerea: Estoy viendo la tele.

-Nerea: ¿Sigues enfadada?

-Madre de Nerea: No.

-Nerea: Mmmmm. –Hay un pequeño silencio. Nerea se cruza de brazos y mira a su madre.- Pareces una niña.

-Madre de Nerea: Hale, ya está, anuncios, qué asco.

-Nerea: Papá decía que sin anuncios ¿Cómo sabrías lo que quieres?

-Madre de Nerea: -Al fin la mira y le dirige la palabra en un tono más firme.- Tu padre no sabía lo que quería así que es el menos indicado para decir esas tonterías. Y menos cuando… -Se detiene al ver la frente de Nerea. Se aproxima a ella.- ¿Qué es eso?

-Nerea: ¿El qué? –Se toca la frente.- ¿Qué dices?

-Madre de Nerea:  -Aparta la mano de Nerea y le pasa el pulgar por la frente.- ¿Te ha picado algo? Esta mañana no lo tenías ¿No?

-Nerea: Es que no sé qué tengo.

-Madre de Nerea: Como un moratón. Un golpe, no sé. O un mosquito gordo.

-Nerea: -Se pone algo nerviosa.- ¡Ah! Nada, nada, seguro que no es nada, mamá.           –Aparta la mano de su madre y se levanta.- Me habré dado con la ventana de clase sin darme cuenta, tienen unos picos que tela. –Se retira nerviosa mientras la madre de Nerea permanece sentada pensativa.- Bueno, voy a cambiarme.

-Madre de Nerea: En fin, hija, tú sabrás lo que haces.

-Nerea: Sí, mamá. Y hazme la merienda. –Contesta sin mirar a su madre y dirigiéndose rápida hacia el baño. Abre la puerta y entra intentando no hacer ruido. Cierra la puerta y se acerca al espejo mirándose la frente.- Mierda… -Se aprieta el golpe con ambas como si fuera una espinilla.- Todo me pasa a mí. –Comienza de nuevo a ponerse nerviosa. Sigue mirándose en el espejo y permanece inmóvil un instante.- ¿Por qué? –Mira lentamente hacia el váter. Se acerca.- Tengo que librarme de todo esto. –Se arrodilla mientras lentamente levanta la tapa.- Sólo un par de veces más al día. –Susurra para sí misma mientras se introduce la mano en la boca. Sufre la primera arcada y se tambalea. Se aferra con más fuerza y al segundo intento se produce el vómito. La madre de Nerea, que seguía viendo la televisión, suspira, se levanta y se dirige al baño. Abre la puerta mientras Nerea se introducía una vez más los dedos.-

-Madre de Nerea: Nerea, cielo, no tendría que haberte… -Queda paralizada al ver a su hija arrodillada junto al lavabo. Nerea intenta levantarse rápidamente limpiándose bastamente. Ambas se miran. Nerea intenta dar un paso hacia atrás, apoyándose en el lavabo, conteniendo el llanto.- Nerea… ¿Qué haces?

-Nerea: Nada… -Se toca levemente el golpe de la frente y se desvanece cayendo al suelo. La madre de Nerea se abalanza rápidamente sobre ella.-

-Madre de Nerea: ¡Nerea! Por Dios, Nerea ¿Qué has hecho? –Le aparta el brazo y coge suavemente la cara de Nerea.- Contesta, cariño, por favor. –Nerea permanece inconsciente mientras su madre intenta reanimarla.- Nerea… 

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