Capítulo 2: Pequeña confusión

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Rápidamente me di cuenta al señor que sostenía una pizarra pequeña con mi nombre escrita al centro, achiné los ojos para ver un poco mejor. En la blanca pizarra decía Ryan Harries, dios mío por favor que sepan que soy una chica, por favor. Todo mi corto camino hacia el señor muy elegante para mi gusto fue rogando en voz baja que supiera que era una chica. Sabía de quien era la culpa, del unineuronal de mi hermano. 

- Hola, disculpe. Yo soy la Srta. Harries

Por favor, por favor. Prometo no escaparme del internado, lo prometo. 

Él me miro de pies a cabeza extrañado, era mi fin.

- Srta, creo que se ha equivocado, yo estoy esperando a un muchacho, no a una dama

¿Ahora qué se supone qué haga? 

Busqué rápidamente mi pasaporte y se lo mostré. El señor lo exámino por unos segundos y asintió. 

- Lo siento mucho, no sabía que...-lo interrumpí rápidamente, no quería que me de su discurso de porqué no sabía, blah blah.

- No importa, ¿ya nos podemos ir?-me encogí de hombros, él asintió otra vez mientras tomaba mis maletas.

Llamé repetidas veces a mis padres pero ninguno de los dos contestaban, también llamé a mi tarado hermano pero tampoco contestó. El camino hacia la prisión, como yo le decía fue muy largo. Centré mi vista a la ventana mientras veía los árboles, árboles, ¿y adivina qué?, sí más árboles. Por lo que pude notar aquel internado estaba muy alejado de la ciudad. El chofer estaba muy concentrado manejando, dudé unos segundo preguntarle si ya ibamos a llegar. ¿Cual era su nombre?, vamos Ems piensa te lo dijo hace treinta minútos y no te acuerdas. W...¡WILLIAM!

- William, ¿ya vamos a llegar?

Detuvo el carro y me señalo la ventana, tanto que dudé si preguntar o no y ya habíamos llegado. Le sonreí y bajé del carro. 

Una vez ya fuera del auto William me entregó mis maletas, le pregunté por donde era la dirección. Necesita alguien que me ayude llegar a mi habitación, sino terminaría durmiendo en el campus. El internado era grande, muy gigante. Era un color marrón claro o era blanca y estaba sucia. Habían varias puertas, en una leí que decía Baño del conserje en otra Sala de Conferencias y más. Llegué a la puerta de dirección y toqué dos veces. Iba a tocar una tercera cuando un jóven realmente atractivo salió por la puerta. Era todo un Adonis.  Su camisa azul estaba realmente pegada a su pecho, no destinguí bien si sus perfectos ojos eran verdes o marrones, peor estaba casi segura que eran verdes. Su pelo era de color rubio o marrón, ¿he dicho que no describo muy bien cuando estoy embobada viendo a un Adonis?; ¿no?, bueno ahora lo saben.

- ¿Tú eres Ryan Harries? Lo siento que tonto. Tu eres una chica.- habló el Adonis

¡DIOS MÍO SU VOZ! 

Calma Em, calma. 

- No, bueno sí. - él me miró divertido unos segundos. - Tecnicamente, sí. Mi hermano vino a inscribirme y dió mi segundo nombre. Más no el primero. Emily Ryan Harries.

- Oh, disculpa. -le sonreí. - Bueno, Emily. Ya que pensamos que eras un chico, lo sentimos. Pero no hay más espacio en el edificio de las chicas. 

Cuando lo vea lo iba a matar, a descuartizar y todas las formas posibles de matar a alguien.

- Entiendo, no hay problema.

Claro que lo hay, iba a vivir con adolesentes con hormonas alteradas. ¿Batman dónde estás cuando se te necesita?

Si necesitas algo, estoy aquí. Soy el subdirector Blake Gibbs. El director mañana dará una charla temprano, es obligatorio asistir. Tu habitación es la 459- me sonrió y cerro su puerta.

Caminé con mis maletas por el largo pasadiso para dar con el asensor. Marqué la planta dos, mi di un vistaso rápido con el espejo y sonreí a mi misma. Salí del asensor y comenzó mi busqueda hacía mi nueva habitación la 459. 

- Aquí estás- susurré. 

Metí la llavé, la giré y encontré algo no muy agradable para mis ojos, aunque no tanto, me podía acostumbrar.

Notaaaaaaa:

Multimedia: Zac Efron-Blake Gibbs

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