Luego de mi encuentro con aparentemente la profesora Collins e insinuara que era una cualquiera por estar en un elevador con un chico extremadamente sexy que nadie se puede resistir a sus encantos, frase dicha por el ególatra de Ethan. Sí, ya se había ganado un punto en contra mio. Collins me clasificó en otras palabras menos groseras zorra. Obviamente no soy una persona que se queda callada y suele hablar demás y por eso termina en problemas, como ahora. Me encuentro en mi primer día en este internado y ya gané una detención.
- Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Uno, dos, tres, cuatro y ya se me secó la lengua -gruñí.
Llevaba haciendo lo mismo hace más o menos una hora y mi pobre lengua ya se había secado. El profesor responsable de nosotros estaba babeando su escritorio, que responsable. Estaba más que aburrida, tomé un plumón me acerque al asiento de la chica que estaba a mi lado, estaba profundamente dormida. Empecé a hacerle un gran bigote. Una vez ya hecho admiré mi obra de arte y no pude contener mi carcajada y estalle en risa. La rubia asustada se levantó rápidamente, me vio como bicho raro y yo aumente mi risa. Estaba tirada cogiendo mi barriga por el aire que me faltaba, después de ya haber recuperado el suficiente aire la rubia me miraba con un odio, si las miradas mataran no hubiera más Emily ahora. Apretó sus puños en tal punto que sus nudillos se pusieron blancos. Mamá, papá e idiota de mi hermano los amo, gracias por todo hasta aquí he llegado. Negué con mi cabeza botando aquel estúpido pensamiento y centrandome en la escena principal.
- ¿Por qué diablos me has pintado un bigote? -preguntó furiosa
- Bueno, se veía divertido y estabas tan profundamente dormida. -contesté honestamente
- Corre.
- ¿Ah?
- ¡CORRE QUE TE MATO!
- Oh...¡AH! -grité asustada y salí corriendo como alma que lleva el diablo.
Las personas que estaban por los pasillos me miraban extrañados por mi peculiar manera de correr, seguro lo más probable era que parecía un mono con ataques de pánico. Sentí un peso en mi espalda para luego caer de cara al suelo.
- ¡NO ME MATES, QUIERO VIVIR MÁS AÑOS! -supliqué
- ¿Quién dijo que te iba a matar? Solo iba a pintar tu cara. -río ella
¿Qué solo iba a pintar mi cara?; ¿¡ENTONCES POR QUÉ MIERDA ME DIJO QUE ME IBA A MATAR?! Oh no, está chica necesita ayuda.
- Si es así, era que lo digas desde hace diez minutos para no correr como un mono con ataques de pánico.
- Debías ver tu cara, parecía que hubieses visto a un fantasma. Lindsay, un gusto. -sonrió amablemente mientras estiraba su mano - Eres nueva, ¿cierto?
- Emily, igual. Si. -estreché su mano
- ¿Cual es tu habitación?
- La 459, edificio azul.
- ¿Es no es el edificio de los hombres? -dudo ella
- Linda rubia te daría la explicación pero la he dado más de ocho veces hoy. Seguro ya la escucharás mañana- sonreí
- No hay problema alguno, linda castaña. -río
Lindsay y yo nos fuimos conociendo en el camino a la cafetería, resulta que ella era amamente fiel de las gomas de osos al igual que yo. En la maquina expendedora de la puerta de la cafetería compramos varios paquetes de las mismas. Era alguien agradable Lincon. Sí, pues le había puesto un extraño sobrenombre. Su nombre me recordaba al Lincon, así que ella era Lincon o Lili. Lili, decidió llamarme Rye. Era una mescla de mis nombres, me gustó así que no me opuse a su elección. Ella sería mi rubia complice.
Nota de las notas de notas:
¿Adivinen en qué puesto estamos? #782 en Humor. ¡GRRRRRRACIAS MUCHAS GRRRRRRRACIAS!
Voy a empezar a subir los capítulos cuando lleguen a los 5 y/o 8 votos. ¡LINDA SEMANA!
Multimedia:
Ashley Benson - Lindsay Moore.
No se olvide de votar/comentar.<3
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No Exit
HumorEmily Ryan Harries, se ha metido por segunda vez en problemas con el director de su escuela, él harto de sus constantes conflictos ha decidido expulsar a Emily. Sus padres tomaron por opción mandarla a un internado alejado de la ciuidad. El hermano...