El Verdadero Enemigo || Virgato - Joerick [PAUSADA TEMPORALMENTE]

3. Ducha y comida

-¡Es hora de la ducha he dicho! - dijo un hombre apareciendo ante nuestros ojos.

Un hombre bello, muy bello.

-Cierra esa boca - dijo mirándome ¿acaso estaba babeando?

-hmm si - dije nervioso y avergonzado. PERO QUE VERGÜENZA.

-No quiero bañarme - se quejó Zabdiel aún adormilado.

-Levántate Zabdiel - ordenó ese guardía.

-Christopher por favor - rogó tapándose aún más con las pocas frasadas.

Con que Christopher se llamaba.

-No lo repetiré de nuevo - dijo serio.

Yo sólo presensiaba lo que ambos sujetos hablaban.

Al final terminé de levantar a Zabdiel y ambos salimos de la celda para ir a las duchas.

Moría de curiosidad de como sería, esperaba que no fueran sucias como en las películas, no podía ¿o si?

-¿ESTAS SON LAS DUCHAS? - pregunté exaltado, definitivamente no era como al menos yo esperaba.

-¿Qué esperabas? - dijo el guapo guardia que se llamaba Christopher - Es una prisión, no el castillo de Inglaterra - respondió sarcástico.

Me crucé de brazos y continúe avanzando.

-Tu ahí - dijo empujando a Zabdiel hasta la pared - y tú ahí - dijo y me empujó también contra la pared.

Lo único que nos separaba era una pared delgada, era como una puertita ya que tapada desde la cintura hasta las rodillas. Me verían desnudo.

-Quítate la ropa - pidió el sexy guardia parado frente a mí.

-¿A-aqui...? - pregunté nervioso - van a verme desnudo - dije con miedo y casi en susurro.

-¿quieres una ducha para ti solo y asi no sentirte incómodo? - preguntó amable Christopher.

-Si, por favor - rogué, estaba casi seguro de que me llevaría a otro lugar.

-Sigue esperando, no hay. La única ducha que hay, es esta. Así que, quítate la maldita ropa - dijo burlón cerca de mi oído.

Maldito grosero. Todo lo atractivo ya se le quito en cuanto me dijo aquellas palabras.

Gruñí y empecé a desvestirme.

-Listo - dije ya sólo en boxer - ahora prende está cosa - exigí.

-To-do - ordenó.

Estaba loco ese tipo.

-Pero los demás están en boxers - dije mirando al resto.

-To-do - volvió a decir.

-¿¡Acaso quieres verme desnudo!? - ataqué.

-No habría mucho que ver - confesó con un tono burlón.

-Cállate y prende está cosa - dije.