REFORMANDO EL DESTINO...

Capitulo 7. "Un viaje controversial"

En la estación de Boston Massachusetts Estaba arribando un tren que procedía de Chicago. Unas de las familias que venía en uno de los vagones de primera clase buscaba un mozo para que les ayudara con su equipaje.

-¿Qué sucede hija? Te veo muy ansiosa…

-Disculpame papá, pero tu sabes que no puedo esperar para verlo.

-Annie, ¡¿qué son esos modales?! Bien sabes que no es correcto que una dama se comporte de esta manera.

La joven inclinó la cabeza avergonzada mente y contestó - lo siento mamá, no fue mi intención.

-Cariño, no te enojes… nosotros también fuimos jóvenes y no me digas que no hacías lo mismo.

-Si, pero no por eso, voy a permitir que Annie se comporte inapropiada mente, ella debe de ser una dama muy respetable.

-Muy bien cariño, pero no discutamos, mejor es que disfrutes el viaje. Mientras iré inmediatamente con los inversionistas y ustedes vayan a descansar al hotel.

-¿Tienes que irte ya cariño?

-Si, mientras mas pronto pueda lograr el convenio, será mejor para poder dar en marcha la fábrica de textiles en esta ciudad.

-Muy bien cariño.

-¡Que tengas mucho éxito papá!

-Gracias hija.

El Paje llegó por fin al encuentro de la familia y cargando sus maletas los llevó hacia la salida de la estación.

En el hogar de Pony todo iba de maravilla, ya que la cabeza del clan Andly había enviado  a Elier Anthoan un arquitecto joven, responsable y profesional para la construcción de las nuevas aulas del orfanato. El joven era alto y delgado, de tez morena clara  y su voz gruesa que en principio asustaba a los niños, pero al convivir con él, resaltó su carácter juguetón y muy agradable. Pronto se ganó el cariño de los niños gracias a su simpatía.

Ese día el joven llegó más temprano de lo usual al hogar de Pony y al tocar la puerta una linda joven lo recibió.

-Buenos días señorita Andley

-Buenos días, pero ¿¡porque me vuelve a decir señorita Andley!? Ya le he dicho que me diga Candy a secas.

-Bueno, esta bien. Disculpeme “Candy a secas”.

-Ja, ja, ja, ja… ¡ que gracioso señor arquitecto! - contestó Candy indignada ante la broma pero inmediatamente le gano la risa y ambos comenzaron a reírse.

-¿Ya estás lista para ir a recoger el material para la construcción de los dormitorios?

-Por Supuesto que sí, ¡solo dame un momento quieres! Voy por unas cartas. Quiero aprovechar el viaje para pasar a la oficina postal, prometo no demorar mucho.

-Muy bien, te espero…

Candy corrió a su habitación, y del cajón de su escritorio sacó dos cartas dirigidas a dos personas importantes, una marca el inicio de una nueva vida y otra el final de un pasado doloroso.

Después de haber tomado las cartas, tomó también una lista de materiales de construcción de las obras a realizar, junto con cotizaciones de dichos materiales y mano de obra. Todo lo guardó cuidadosamente en su bolso, a la vez que tomaba su abrigo y sus guantes ya que las ventiscas de otoño enfriaban la tarde anunciando la próxima llegada del invierno. Pero antes de salir de casa buscó a la hermana María.

-Hermana María, ya me voy al pueblo con Elier.

-Muy bien Candy y ten mucho cuidado por favor.

-Claro que si hermana, y nos vemos en la tarde…