🐺
Luego de la batalla contra los chitauris guiados por el dios de la travesura, los vengadores se dieron un tiempo de descanso, separándose tras la partida de Thor cada uno planeo encausar su vida, aun así, Tony jamás se esperó encontrar a Loki en su sala una semana después. Por poco y le da un paro cardiaco y por supuesto que Jarvis era el testigo perfecto de ello.
Se puede decir que no fue fácil evitar los ataques de pánico para el Stark, aun así, el embustero tenía una meta firme y actuaba con cabeza fría. Con paciencia le explico al mortal el porqué de su estadía en Midgard y su objetivo: cortejar a uno de los mayores héroes y playboy del planeta, por supuesto que Tony al principio no lo acepto, negando cualquier contacto, más eso no desanimo a Loki, al fin y al cabo había sacrificado mucho al escapar de Asgard y por supuesto que una u otra mentirilla iba por allí, pero todo para una buena causa.
Fueron meses de esfuerzo e inversión, de paciencia y lentos avances hasta que Tony por fin lo acepto y solo semanas para poder andar libre por la mansión del genio, de disfrutar de los lujos y la compañía y el disfrute mutuo en el lecho que ahora compartían de forma permanente. Por su parte, Tony debía aceptar que estar con Loki era agradable, un amante realmente complaciente y preocupado por él, no solo en el ámbito sexual, si no en todos, de hecho le sorprendía que ahora su alimentación era equilibrada y su salud había mejorado indudablemente gracias a los cuidados del dios, todo era sencillo, a pesar que nadie sabía de su relación por obvias razones, pues Loki aún era un criminal peligroso categorizado por Shield y por tanto para la tierra, aun así, no se arrepentía de tener al dios a su lado, pues hace mucho tiempo que no se sentía tan lleno, tan completo y feliz.
Ese día cumplían ya un año desde que Loki había penetrado en su vida de forma abrupta y por tanto según el embustero era un hecho de celebración pues gracias a él su mortal estaba bien, razón por la cual había insistido en prepararle una deliciosa cena. Tony simplemente lo acepto y lo vio marcharse luego del almuerzo, aprovecho el momento y se encerró en el taller, tenía varios proyectos en mente para ejecutar.
Cuando Loki regreso, sosteniendo las bolsas con las compras en un solo brazo, se preguntó con extrañeza la razón de que la mansión estuviera tan oscura, ya que se suponía que Tony ya estaría allí, esperándolo, pero... ¿tal vez salió a algún sitio? Encogiéndose de hombros encendió la luz y no dudo en retroceder ante los restos.
Escudriño la sala de estar, recogiendo el relleno que se derramaba de las gubias en el sofá, el jarrón tirado en el suelo, las revistas que normalmente guardaba debajo de la mesa de café ahora estaban esparcidas y rasgadas, a una silla del comedor le faltaba una pata, una planta al otro lado desarraigada y bastante lejos de su maceta, un rastro de rico suelo manchado en negro los conectaba y para complementar rastros de fragmentos de vidrios decorando el lugar.
¿Les habían robado? ¿Un nuevo enemigo? ¿Alguien entro y saqueo el lugar... pero, para qué? ¿Buscaban alguno de los nuevos proyectos de Tony? ¿Esto era la evidencia de un delito? ¿Qué debería hacer?
Volvió a la puerta en caso de que aun hubiera alguien, tomó su teléfono y marco el número de Tony. Dio unos golpecitos en su pie con impaciencia mientras la tecnología prehistórica que el Stark tanto se había esforzado porque usara se conectaba y empezaba a sonar aquellos clásicos pitidos.
Un teléfono comenzó a sonar dentro del apartamento y la sangre de Loki se enfrió. Llamando su armadura, soltó las cosas que traía en manos y entró, con cuchillos apareciendo a su alrededor y unas enormes ganas de matar a quien invadió y destruyó su casa y lastimó a su amante. Su magia voló ante él como una plaga, apartando los escombros de su camino. Con pasos cuidadosos llego a su habitación y dudo.
ESTÁS LEYENDO
Oh, Tony [IronFrost]
FanfictionEl lobo abrió su boca tanto como pudo con el agarre de Loki, que no era mucho, y lamió sus dedos a través de la brecha entre sus largos colmillos. La lengua era ancha y cálida, flexible pero fuerte, y muy, muy suave. -Oh.- Brillante. Ahora estaba ex...