You don't bleed for me (theGazettE,Slash)

8- It's written on your face

Está escrito en tu cara

Hello~

Cuánto tiempo sin actualizar xd

Nuevo resumen ;)

En este cap regresa la narración de Uruha ¡Yay! ¡Party hard!

La idea original que tenía no me convenció, digamos que escribir en cuaderno y después pasarlo a word, hace que no veas igual lo que escribiste Un.n

En fin, ¡A leer!
_____________________________

~U~

Hay acciones, emociones y expresiones que delatan los secretos. Las palabras no son necesarias para revelar nuestras intenciones. Un toque, una mirada, un mínimo gesto... basta.

Carece de real importancia, si personas sin ningún tipo de conexión sospechen o rumoreen acerca de mí y mis sentimientos hacia cierto alguien. Me he aferrado a este pensamiento desde hace mucho, repitiéndolo cada que sus murmuros alcanzan mis oídos, cada que la pregunta es arrojada directo a mi cara; es algo que no les incumbe, pero pareciera que es parte de la naturaleza del ser humano inmiscuirse en las vidas ajenas. Como si sus propias vidas no fuesen lo suficiente interesantes o no pudiesen producir por sí mismo una fuente de diversión, que convierten a los demás en su centro de entretención.

Creo que es una característica indeleble, una función predeterminada. Podría justificarla, debido a la necesidad de convivencia e interacción. Todos necesitamos mantener contacto, así sea con personas aleatorias.

Es por eso que es difícil ocultar cómo te sientes respecto a las personas con las que interactúas, en especial, si son realmente cercanos.

-

Después de ver a Yutaka casi convertido en animal debido a encontrarse con el chico que le gusta, Akira y yo vamos al conbini, donde puedo conseguir la revista de videojuegos mensual y mi acompañante compra la JUMP. Voy tan emocionado leyendo los artículos de nuevos juegos que prometían ser geniales, no escucho la pequeña plática de la que Akira trata de hacerme parte. Respondo con monosílabos a algunas preguntas que alcanzo a captar, sin entender a qué se refiere.

Nos despedimos en la bifurcación que separa nuestros hogares, es entonces cuando un vago aroma flota en el aire, es apenas perceptible y desaparece tan repentino como aparece. Me encojo de hombros, restándole importancia, ha de haber sido mi imaginación.

Llego a casa, entro en silencio, no queriendo alertar de mi presencia. Subo al segundo piso, entro a mi habitación, tiro mi bolso y la revista sobre el escritorio, me quito el uniforme escolar, me visto con un chándal verde y una camiseta negra con estampado de alguna caricatura. Bajo al primer piso, buscando a mi madre en la cocina, pero la encuentro en el pasillo hablando por teléfono, ella apunta hacia el comedor; mi cena está servida, supongo. Me siento a la mesa, esperándola. Ella se sienta frente a mí, unos minutos después, agrademos por los alimentos y empezamos a comer. El silencio es una costumbre entre nosotros, no solemos hablar mientras comemos, a menos que mis hermanas estén presentes -son escandalosas-, aun así, esta señora me conoce perfectamente. Tal vez, no sea el caso de todos, pero es el mío.

-Mamá. -espero que trague el bocado y voltee a verme. -Mañana pasaré el día en casa de Akira, Yutaka también irá.

-¿A qué se debe eso? Se ven todos los días. -señala.