NOTA: Hola~ ¡Autora irresponsable haciendo acto de presencia tres meses tarde!
When haces cinco versiones del mismo capítulo, pero ninguna te convence, pueden pasar cosas locas xD
Este capítulo es narrado casi en su totalidad por Akira, excepto el final. Los ----- representan cierre de telón(?)
¡Disculpen la tardanza, por favor!
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~R~
Beside your contradictions
«Eres un omega. »
«Debes cumplir las órdenes de tu dueño.»
«Naciste para ser un juguete, un mero objeto para la satisfacción carnal.»
«Tu función en la vida es tomar el ADN de tu alfa, incubarlo y concebir a su linaje.»
A lo largo de mi corta vida, distintas frases han sido dichas a mi casta y a mí, cada una más denigrante que la anterior. Los alfas son la principal fuente de estas, son como un pantano que se extiende y contamina las aguas aledañas, ensucia lo cristalino, convirtiéndolo en parte de sí. Lo betas también sufren denigraciones, pero, incluso, ellos minimizan a los omegas.
Claro está, existen excepciones. Encerrar a todos en un círculo, es incorrecto, o en cualquier figura geométrica que se les ocurra imaginar.
He conocido buenas personas pertenecientes a las tres castas, mas, eso no implica que sus pensamientos o creencias sean distantes al colectivo.
Soy un omega. No existe forma de cambiarlo, al menos, en mi interior. Puedo usar bloqueadores u otro tipo de sustancia para cambiar mi olor, puedo actuar fuera del estereotipo de sumisión, puedo hacer cientos de cosas para ocultarle al mundo lo que soy; engañarlos es sencillo, mentirme a mí mismo... es imposible.
Odiar a mi casta es una tontería, no es nuestra culpa que el instinto nos dicte someternos ante el dominio de los alfas, así como tampoco es culpa de ellos imponerse por encima de los que aparentan debilidad. La desestabilidad de la pirámide a la que nos asocian —siendo el orden A/B/O—, es precisamente la existencia de esta. A alguien se le ocurrió la ingeniosa idea de clasificar a las nuevas especies y dividirlas en comunidades con inferioridades sociales y humanitarias.
A pesar de mi joven edad, entiendo cómo funciona la sociedad. Akira Suzuki, 18 años de edad, omega, estudiante de la Preparatoria Raijin, puesto número dos en la lista de alumnos de mi salón, miembro honorable del club de kendo, excelente en autodefensa... y necesito la marca de olor de un alfa para ser válido dentro de un cúmulo de personas que arrastran consigo pensamientos arcaicos, forzados en los cerebros desde hace siglos.
Mis compañeros de clases han aprendido de las enseñanzas de sus padres y la televisión, de aquellas transmisiones que enseñan basura a los niños. Yo, en cambio, he aprendido observando su comportamiento, lo que se supone debo ser, lo que se supone tengo que hacer. Es una confusión total. Soy un omega que pretende valerse por sí mismo, ser independiente, no es que me apetezca llevarle la contraria a nadie, sino, pienso que las tres castas o géneros —como el mundo prefiera llamarle– merecemos ser valorados por el simple hecho de ser seres humanos.
Mi única contradicción yace en Kouyou Takashima, mi mejor amigo, que está enamorado de mí.
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You don't bleed for me (theGazettE,Slash)
Fiksi PenggemarTú no sangras por mí «Desde pequeño he estado cursando un camino, un trazo, pisando las mismas huellas que la persona delante de mí imprime. Este camino es cambiante, estructurado, destrozado, desaparece y aparece redireccionándonos a otro punto...
