Quisiera decir que cuando desperté los rayos del sol hicieron que abriera los ojos, quisiera decir que mis pies tocaron la alfombra cuidadosamente y tomé partido para vestirme en mi gran armario con tantas blusas, vestidos y pantalones que sería imposible en una vida vestirse con ellas.
Pero no, desperté con un golpe insipiente en mi cabeza por haberme dormido tan cerca de la orilla de la cama que hizo caerme cuando el despertador saltó en mi mesa de noche, intenté levantarme pero mis pies cayeron con el cofre que yace delante de mi cama y, ya molesta por mi pequeño altercado de la mañana, vestí la primera blusa de cuatro que tengo y tomé un pantalón de los dos que poseo.
Así de decepcionante es mi vida.
— ¡No puedo creer que no hayas visto cómo se veía ayer!—comentó, mi compañera de cuarto cuando abrió la puerta del pequeño lugar en donde vivíamos.
Sí, así es, vivo con una persona completamente diferente a mí. Nuestros padres tienen este acuerdo de horrible en dónde yo pago la mitad del alquiler del departamento y sus padres pagan la otra mitad.
Su nombre era Allison, como todas las chicas malas en películas, historias, series y todo lo que tenga que ver con clichés baratos. Y sí, es como la pintan en esas historias, chica rica y egocéntrica, poco empática, con mucho poder en el estado, ya que su padre es el dueño de la mitad de las franquicias de restaurantes y bares que hay en el país y pronto internacionalmente. Y sí, nos llevamos pésimo.
Y mi apartamento no era aquel apartamento lujoso, con un gran jacuzzi que usamos para relajarnos y demasiadas habitaciones como para vernos de vez en cuando en nuestra estadía en ese lugar. Segunda decepción de la mañana, lo único lujoso de allí era aquél sofá de segunda mano que compré por internet.
— ¡Es claro que eso no era Gucci!—chilló de nuevo Allison, haciendo que mi ceño frunciera.
Hasta ahora me había dado cuenta que hablaba al aire, ni siquiera a su celular.
Y bueno, ¿qué hace Allison en un departamento en donde sí sólo vive una persona te mueres? Bien, al parecer Allison casi deja en quiebra a su padre cuando intentó comprar todas las tiendas de ropa del estado. Así que, gracias a eso su madre tomo cartas en el asunto, y busco un lugar –como ella diría— para gente de baja sociedad y mi padre, quién es el empleado menos importante en la empresa que controla todos esos restaurantes, ofreció mi apartamento de la Universidad como un campamento para personas que necesitan ser controladas... y así fue, ahora ella está aquí, intentando que nadie sepa en qué escala social está ahora.
Aunque no me quejo, al final, ella paga la mitad del alquiler y la mitad de las comidas. Yo solo tengo que trabajar siete horas en el "Saturday Coffe", (una franquicia de su padre, por supuesto), para pagar un mes de renta y ella solo tiene que chasquear los dedos para tener un año completo de alquiler.
— No entiendo, es sábado, tienes que ir—comentó
— ¿A quién le hablas? —pregunté, casi con enfado.
— ¿Disculpa? —respondió, alterada— ¿Cómo dices que te llamas?
— ¿Yo?
— ¿Acaso ves a otra persona aquí?
—Bueno, tú hablas con gente invisible, no sé si ahora te dirijas a mí o a uno de tus amigos imaginarios.
—¿Qué acaso eres tonta?, esto—señalo un pequeño aparato en su oreja mientras tomaba su cuidado cabello con delicadeza—Es un "manos libres" para ejecutivos, por supuesto que por las dos blusas que tienes en tu armario y tu perfume barato, no entenderías como funciona si te lo explicara.
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Reasons
RomanceRazones por las que no debo enamorarme de Walter. Razón #1: Es un idiota y solo habla para insultarme. Razón #2: Es novio de la hija de mi jefe, si novio puede llamarse. Razón #3: Nadie sabe nada de él a excepción de su nombre. Razón #4: Sus ojos so...