—¡Souichi, cariño! ¿Dónde estás?
La palabra "cariño" después de su nombre sonaba tan extraña y ajena que el hombre dudo por un momento que el asunto fuera con él. Manteniendo un silencio sepulcral en la esquina en la que se escondía, miró al hombre buscarle con la mirada, pensativo e inquieto, para luego entrar en otra calle y alejarse. Suspirando, trato de guiarse en el tenebroso lugar, lleno de personas de aspecto terroríficos, luces de colores e interminables calles y plazas, evitando la voz del elegante hombre, Souichi fijo su objetivo en irse de ese infierno sano y salvó y sin ser visto por su acosador. Pero el plan era más fácil dicho que hecho.
—Souichi ¿Dónde estás? ¡Amor!
El lugar era un laberinto. Entrando en un callejón poblado de ataúdes, miró alrededor por alguna señalización, la voz ascendente del hombre exaltándole, entrando en uno de los ataúdes y cruzando sus brazos, ladeó su cabeza, mirando hacia el suelo en un intento de que el hombre no le reconociera, para su fortuna, este paso de largo. Suspirando aliviado, salió de su escondite y doblo la esquina, casi chocándose con un hombre que le miraba pícaro.
—¿Escondiéndote de tu esposo? Eso no es muy amable, Cariño-kun —El individuo exclamo con voz melodiosa y burlesca, Souichi solo pudo fijarse en su ropa andrajosa y extrañamente carbonizada antes de sobresaltarse por su apariencia, todo el lado izquierdo de su cuerpo desfigurado por lo que parecían mortales quemaduras, su piel roja y putrefacta provocándole profunda repulsión. —Sí, entiendo la reacción, pero sigue siendo grosera, Cariño-kun. Vamos, no querrías que tú esposo pensara que no gustas de sus amigos ¿O no?
Demasiado perturbado por su apariencia, empujó al hombre con brusquedad mientras huía con más rapidez del lugar, el distante sonido de "¡Se fue por ahí!" "Oh, gracias, Isogai" Llegando a sus orejas, causándole que gruñera con desespero y acelerará el paso.
Pasando de escondite en escondite, encontrándose con múltiples bestialidades y personas de apariencia horripilante, vio un joven bajo y de un elegante traje roido aproximándose al novio, frenético y, se atrevía a decir, enojado. Aprovechando la distracción, atravesó la plaza y aún pendiente de la interacción entre los hombres, trato de ubicar calles por las que ya había ido, trazando un mapa en su cabeza.
—Angel-kun, verdaderamente ya no puedo dejarte solo, me voy por unas horas y te comprometes y casas con un desconocido, realmente... ¡Eres el colmo!
—Hiroto-kun, exageras, no es un desconocido...
—¡Que hayas escuchado de él una o dos veces no cambia la situación! ¡Sigues sin conocerlo! No me hagas recordarte lo que paso la última vez que confiaste ciegamente en un hombre que no conocías...—El chico refuto exasperado, gesticulando a el de pies a cabeza, insinuando la causa de su actual estado. El chico hizo una expresión afligida y suspiro, cerrando los ojos por un momento.
—Esta vez es diferente, lo presiento, no puedes ir por ahí suponiendo que todos quieren hacerme daño.
—Y tú tampoco puedes asumir que todos tienen buenas intenciones, galán. Quizá ya no puedas morir, pero aun puedes quedar lastimado. Por eso, tienes que ser cauteloso.
—En... entiendo lo que dices, pero realmente, él no es alguien del que podrías desconfiar.
—¡Hah! No dudes de mis habilidades para desconfiar de la gente, te sorprenderé. Si estás tan seguro... intentaré no protestar demasiado, pero aún necesito verle para descartar posibles sospechas, asi que dime, donde está el afortunado?
—Oh, ah, sí, sobre eso... yo me preguntaba lo mismo... —Rasco la parte de atrás de su cuello, riendo nervioso mientras miraba alrededor, inquieto.
ESTÁS LEYENDO
El Cadáver del Novio
Fanfic¿Puede un corazón romperse una vez que ya haya dejado de latir? Y más importante aún ¿Puede este ser curado?