Prólogo

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LAURA

"Pero Señor Millán, le ruego por favor, escúcheme. No soy responsable de esto! Jamás cometería un descuido así, por favor no me quite este trabajo."

"Yo sólo estoy siguiendo órdenes de arriba Señorita Flores. No podemos poner en riesgo la imagen de la compañía. Ahora, por favor, recoja sus cosas y márchese. Buenas tardes."

El Señor Millán regresó su mirada a la computadora en su escritorio sin decir nada más.

¡Qué idiota!

Sin querer verle la cara ni un segundo más, me marché de su oficina, recogí mis cosas y me fuí de allí. Parte de mí me decía que este no era el final, que era una prueba para hacerme más fuerte. Pero la otra parte me llevó al desconsuelo, tristeza y frustración. Miré atrás hacia el edificio de la plataforma digital OnTime, la única puerta que me llevaría a alcanzar mi sueño de ser periodista.

Regresé la mirada al suelo.

¿Qué se supone que iba a hacer ahora? Apenas tenía dinero para pagar renta. ¿Que iba a comer luego de eso?

Seguía caminando por las cuadras de Venice, California, cuando mi celular sonó con una llamada entrante.

Cogí el celular para leer el contacto que me llamaba.

Zab ♡

"Hola Zabdi." Dije al contestar la llamada, mi voz reflejando mi caída de ánimo.

"Ok, iba a decirte algo pero no te escuchas bien y eso me preocupa. ¿Todo bien?" Dijo Zabdiel, mi querido amigo de preparatoria.

"Si te digo que te equivocas, no me vas a creer, verdad?" Le pregunté retoricamente, sabiendo muy bien que no iba a ser posible esconderle la verdad a Zabdiel. ¡Me conocía demasiado bien!

"Dale chica, ¿qué te pasó?" Preguntó Zabdiel una vez más.

"No tengo trabajo Zabdiel. No tengo trabajo ni dinero. Apenas tengo comida, y el dinero que me queda está comprometido para la renta. ¡No sé que hacer! No creo conseguir un buen trabajo en tan poco tiempo. No puedo pedir préstamos ni tampoco le pediré dinero a mi papá. Bastante ha hecho mí. Además, él tampoco está en las mejores condiciones económicas... ya sabes, luego de los gastos fúnebres y todo eso, no ha podido recuperar el dinero."

Luego de un suspiro pesado que evidenció mi profunda desesperanza, dije, "Esto es un desastre, ¡soy un desastre!"

"¡No Laura! Escúchame. Respira, cógete un break. Tranquila chica, todo saldrá bien. Sólo tienes que hacer unos ajustes y ya. Yo no estoy muy al día tampoco pero puedo hacer unos arreglos y enviarte algo de dinero-"

"¡No Zabdiel! No voy a dejar que hagas eso." Le dije determinadamente.

Entre el breve silencio, pensé en lo que me había dicho mi amigo y mis esperanzas comenzaron a crecer.

"Está bien pero sabes que me puedes pedir lo que sea, estoy a tu disposición Laura." Me aseguró Zabdiel desde la otra linea.

"Lo sé Zab, y te lo agradezco. Sólo desearía estar con ustedes por allá, y con mi papá también, ¿sabes? Pero no puedo ir. Llegaría sin dinero luego de pagar el vuelo. No puedo ponerle esa carga a mi papá." Con un último suspiro, le dije, "La verdad es que los extraño demasiado."

"De hecho Laura, por eso te llamaba." Dijo Zabdiel con un entusiasmo repentino.

"Espera, ¿para que llamaste?"

Oí a Zabdiel dejar ir una risa ante mi reacción.
"Iré a Venice el mes que viene. ¡Te iré a visitar Laura!"

De repente, todas mis desesperenzas, decepsiones y frustraciones fueron acaparadas por una profunda emoción y pura felicidad.

Llegaste Tú 《Christopher Vélez》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora