Capítulo I

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Bakugou soltó un suspiro pesado, estaba agotado, agotado de que cada vez que viera a Kirishima este lo estuviera mirando—aunque realmente no era incómodo—, pero de todos modos era desesperante por el hecho de que se sentía extraño

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Bakugou soltó un suspiro pesado, estaba agotado, agotado de que cada vez que viera a Kirishima este lo estuviera mirando—aunque realmente no era incómodo—, pero de todos modos era desesperante por el hecho de que se sentía extraño. Demasiado extraño.

Sus miradas cada vez se encontraban más seguido. Y cada vez que eso pasaba no podía evitar sentirse ¿feliz?, realmente no sabía como llamarle a eso. Pero era como si todo desapareciera por un segundo y solamente existieran ellos. Quizás exageraba. Quizás no era nada, pero no podía evitar pensar en eso.

Por primera vez en su vida se sentía confundido.

Era desesperante juntar...

Sus miradas.

—Tsk!—se quejó—él es un estúpido...

No podía evitar lanzar insultos hacia el pelirrojo, era irritante pensar en algo tan raro para él, pero de todos modos no quería parar de pensar en eso.

Todo era muy nuevo y extraño.

Por algún motivo, ahora ya no era tan seco y duro con Kirishima, realmente no lo podía evitar.

Bakugou soltó un suspiro, sus pensamientos estaban muy revueltos.

—¡Katsuki!—gritó la madre del rubio¡Tu amigo llegó!

«Lo que faltaba», pensó.

Soltó unos gruñidos bajos para pararse de su cama e ir hacia su puerta con timidez para luego bajar las escaleras.

Y si, era timidez.

Timidez de reencontrar esa mirada carmesí.

—¡Bakugouuu!—dijo mirandolo con una sonrisa—¿Ya estás bien?, ¿te pasó el dolor de estómago?

—Ajá, mañana voy a clases—dijo sin mirarlo a los ojos.

—¡Katsuki!, ¡¿qué es eso de no mirar a tu amigo que te ha venido a ver toda la semana!?—le dió un golpe en la cabeza leve.

Es verdad, el rubio ceniza había faltado a clases solamente para evitar a Kirishima y tratar de entender sus propias emociones. Sin embargo, Eijirou lo vino a visitar todos los días, haciendo que se confunda mucho más.

—¡Eh, bruja!—gritó furioso, empujando a su madre a un lado, a lo que esta solamente se rió. Al parecer su hijo no quería quedar en vergüenza con su enamorado.

Mιradaѕ || KιrιBaĸυDonde viven las historias. Descúbrelo ahora