Aquel día me levanté muy temprano como de costumbre, era miércoles y mi humor no era el mejor puesto que tanto los jueves como aquel presente día, tenía clases de matemática y nunca he sido buena en ellas. Bueno, al menos no todo el tiempo. La hora máxima para llegar a clases siempre ha sido 6:50am, y algo que me resultaba muy curioso era que siempre llegábamos a las 6:42, más tardar un minuto después.
–Hola. Hola. Hola. Hola. –siempre era algo tedioso saludar a todas mis amigas, una por una, pero ya estaba acostumbrada.
–Si, porque en la 3ra parte se pone más difícil, yo le dije a Victoria que me ayudara pero… aún no hemos avanzado. –terminaba de contarle María a Martha.
–¿Qué cosa se pone más difícil en la 3ra parte?
–El taller de biología.
–¿Y eso pa´ cuándo es?
–Para el viernes, ¿todavía no lo has hecho? –preguntó Martha indignada.–Nop –respondí sin tanta preocupación.
–¿Por qué?
–Tengo pereza –comencé a sacar unas hojas de mi carpeta para entregárselas. –Ahí está el trabajo de física, cuídalo. En cuanto al taller de biología calmate, nada más rápido que una tarea hecha a media noche, la adrenalina te hace trabajar más rápido –hice una pausa. –Bueno, al menos a mí me funciona siempre.
–Ay, Miranda Isabel, ¿qué voy a hacer contigo?
–Seguirme queriendo –le sonreí y ella ladeó de un lado a otro la cabeza y luego también sonrió–. Ahora, ¿me prestas tu cuaderno de matemática? Es que me faltó copiar una parte en la última clase.
–Ella suspiró –está en mi bolso, ve a buscarlo.
Luego de salir de inglés tuvimos nuestro receso, que debo decir tan solo era de 20min y a eso le sumamos los profesores que nos dejaban salir más tarde debido a nuestro comportamiento o tal vez porque aún no han terminado de dar su clase. El comedor era otro mundo, con grupos por años, como nuestro salón. Estaba una mesa al final en donde siempre se veía generalmente a los maestros de primaria organizando actividades junto a los representantes. Del resto, las mesas que quedaban a cada lado podían ser ocupadas por cualquier persona decente, puesto que los saboteadores y las chicas que estaban babeadas por ellos siempre se podían encontrar en la cancha, nuestro tercer patio.–Buen provecho, niñas.
Todas agradecieron mi gesto y al desearme un buen apetito además, continuaron comiendo mientras hablaban de chismes sobre las niñas de 1er año quienes al parecer no habían sabido controlar muy bien su reputación. Sobre los amoríos inventados por los mismos estudiantes entre el personal administrativo, y sobre la probabilidad de la homosexualidad de 2 de nuestros profesores: el de biología y el de historia.
Nada de eso me interesaba, porque se me había enseñado desde pequeña que no debía hablar mal de otras personas a sus espaldas, sino decir todo cara a cara, como persona educada y civilizada. Eso no quería decir que lo que ellas hacían estaba mal, tan solo no era acorde a mis costumbres, sin embargo siempre había momentos en los que participaba, porque la tentación está allí y… supongo que aunque malo es bastante entretenido chismear un poco.–Si, y Venessa me dijo que Mariela; la flaquita esa de 2do también se había besado con Esteban –comentó Paola, la chica más chismosa del grupo.
–Bueno, eso no es raro, aquí todas sabemos que él es muy perro –dijo Roxana.
–Ay, pero eso jamás le va a quitar lo lindo –y ahí iba Patricia, como siempre de enamorada.
–Tú me vas a disculpar, pero un chico por muy lindo que sea si es mujeriego no furula. Porque ¿de qué te sirve que sea guapo si cuando des la vuelta ya se va a estar escribiendo con otra? Lo primordial en una relación es la fidelidad y la confianza.
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Esta es mi historia
SachbücherCuando vamos caminando por la vida y nos encontramos una flor, a veces no la notamos y otras pasamos por encima de ella como si de nada de tratase. A veces, olvidamos lo que significamos, lo que nos enseñan las personas que nos rodean, lo que signif...