Despertar inesperado.

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¡Que dolor de cabeza tengo! Quiero llevarme la mano a la cabea pero no puedo, algo me lo impide. No se que puede ser pero quiero calmar este dolor. ¿Por qué no se para?.

Abro los ojos lentamente, escucho ruidos suaves que más tarde descubro que son voces. Voces conocidas. Tengo la vista nublada, me rasco los ojos con las manos para ver mejor pero no mejora mucho.

- ¡Hermes! ¡Dios mio Hermes, estás despierto!.- dice mi madre mientras me besa la cabeza, noto algo mojado resbalandome por la frente, miro hacia arriba y veo que está llorando.

- Estoy bien, mamá.- murmuro suavemente. -Me duele la cabeza.

- Ahora mismo voy a avisar al médico, hijo mio.- veo como mi madre sale del cuarto cerrando la puerta detrás de ella. Empiezo a mover mi vista por las otras figuras que hay en el cuarto y empiezan a tomar forma. Pablo que me mira sonriente y con lágrimas en los ojos. Harry que... ¿Ha adelgazado? y por último veo a Victor separado de los otros amigos por mi cama, me mira con los ojos rojos y con unas grandes ojeras.

La habitación es individual. Tengo la cama en medio, es bastante cómoda. Siempre me las había iamginado incómodas. Miro hacia mis laterales y veo la típica máquina de las películas que mide el pulso cardíaco del paciente. Es un ruido algo molesto y monótono, pero no puedo hacer nada, si me lo intento quitar saltará la alarma de que el paciente ha perdido pulso y no quiero tener a 12 médicos y enfermeras en mi cuarto gritandome por el susto.

- Hola chicos.- digo en una especie de susurro mientras miro a Pablo. Éste sonrie ligeramente. Que bonita sonrisa tiene, madre mía.

- ¿Qué tal estás, Hermes?.- dice Victor a mi lado, me giro para mirarlo y el se agacha para besarme. ¿Qué está haciendo?. Giro la cabeza para cortar el beso y el abre mucho los ojos, me mira fijamente.

- ¿Que estás haciendo, Victor?.

- Hermes, ¿Que recuerdas?.- dice Harry.

- Pues... recuerdo que me golpee la cabeza en casa de Victor. Pero no recuerdo que estaba haciendo.- no entiendo porqué me está haciendo esta pregunta.

- ¿Y de los días anteriores recuerdas algo?.

- Pues... no se, lo típico. Deberes, instituto...- digo como si fuera obvio.

- Hermes, acabamos el instituto hace un mes.- dice Pablo mientras me mira fijamente.

- Ya, claro.- suelto una carcajada pero la tengo que parar ya que la cabeza me pega un pinchazo bastante doloroso y tengo que llevarme la mano a la cabeza.

- Es verdad, Hermes. Lo acabamos hace 1 mes. No te estamos mintiendo.

Miro a mis amigos. ¿Que estaba pasando? No creo que sean capaces de mentirme en esas cosas. Pero tampoco creo que eso sea posible. O sea, ¿Que no me acuerdo de un més de mi vida? ¡Es absurdo!

La puerta se abre y entra mi madre con un médico. El hombre se acerca y me pregunta que qué tal estoy. No se que contestarle sabiendo que no recuerdo el último mes de mi vida. Al acabar la pruebas se van y vuelvo a quedarme con mis amigos. Mi madre se ha ido a la cafetería para poder dejarnos un rato solos para que podamos hablar.

- ¿Me estais diciendo que el último mes de mi vida lo he perdido? ¿He estado en coma, drogado o algo?.

- No, Hermes. Al golpearte la cabeza tuviste un traumatismo craneoencefálico y ahora mismo tienes amnesia. Nos han dicho que será pasajera, pero no sabemos cuanto tiempo tardarás en volver a estár normal y acrodarte de... todo lo que ha pasado en el último mes.

Me percato de que los tres amigos se miran. ¿Que esconden? ¿De que me he enterado en este mes?. Bueno, ahora mismo es lo que menos me importa. El médico me ha puesto un calmante y no estoy muy receptivo que digamos. Poco a poco noto que empiezo a adormecerme, no dejo que Morfeo me lleve con el pero estoy un poco atontado. Entrecierro ligeramente los ojos, la luz de la ventana me molestaba un poco.

Escucho como mis tres amigos discuten en voz baja en el otro lado de la habitación. Al final Pablo y Harry se acercan a mi y se despiden los dos con un abrazo. Yo lo recibo encantado, en esta situación me da igual, en otras me daría verguenza. Aunque el olor de Pablo entra por mis fosas nasales y me atonta aún más. ¡Que bien huele madre mía!

Sigo tumbado en la cama, el calmante me ha dejado que parece que voy totalmente drogado. Noto la presencia de Victor. Se que sigue en el cuarto, noto su mirada y alguna vez escucho alguno de sus supiros.

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Abro ligeramente los ojos, posiblemente me había dormido. Escucho dos voces hablando normalmente. Giro mi vista hacia la derecha y ahí está Victor. El sol que entra por la ventana hace que el color rojo de su pelo brille más y está bastante guapo así. No me extraña que sea el terror de todas las chicas.

Muevo la cabeza hacia la izquierda, es una voz un tanto conocida pero no la uno con nadie. Al hacerlo veo a un chico hablando con Victor. Pestañeo un par de veces para poder ver mejor, tenía la vista un poco nublada. Al hacerlo y veo con más nitidez la cara del chico, mi corazón late de una manera un tanto fuerte, mis mejillas toman un color rojizo y mi mirada no puede apartarse de ese chico.

- Si, por ahora está bien. Ha venido el médico y no ha dicho que tenga ninguna cosa a destacar a parte de la memoria.- dice Victor

- Ooom. Bueno, pero eso ya dijo que se arreglaría con el paso del tiempo.- asiente el chico.

- Si, eso espero. Si le llega a pasar algo peor no me lo habría perdonado jamás.

- Tranquilo Victor, se resbaló con la alfombra cuando salió de la ducha, intenté cogerlo pero no pude.

- Ya lo se. Te agradezco mucho que llamaras con tanta prisa a la ambulancia. No se que habría pasado no se llegas a estar tu ahí, Michael.

¿Michael? ¿El chico desconocido se llama Michael? Que nombre más bonito. Además de que el chico es bastante guapo y mono. No puedo apartar la mirada de el. Su cara me imnotiza y su sonrisa es mucho más bonita que las de Pablo.

Creo que me he enamorado de otro chico...

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Espero que os guste esta pequeña introducción a la historia. ¡Que intriga!

Disfrutad y estár atentos a los próximos nuevos capítulos. ¡Saludos!

Una relación de enemigos (Erótico-Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora