Inesperado

Últimos días (parte dos)

Seguimos los tres en casa se Carlo y yo pregunto:

- Y a todo esto, ¿dónde vamos a hacer la fiesta?

- Sí quieres la podemos hacer aquí, en mi casa, es bastante grande y mis padres no estarán en todo el fin de semana. - dice Carlo entusiasmado.

- ¡Perfecto!, - exclama Francesca - yo puedo encargarme de las invitaciones, tu, Carlo, de la bebida y tu, - me señala - de la comida. ¿Qué os parece?

- Me parece bien - decimos los dos a la vez.

- Pues manos a la obra. - grita ella emocionada.

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Sin darnos cuenta ya casi ha pasado la semana, mañana es el gran día. Estoy en casa, cojo la chaqueta y las llaves y me voy a recoger la comida que encargué para la fiesta. Después me acerco a casa de Carlo a dejarlo todo.

Estoy en la puerta de su casa, llamo, y me llama

- Muy bien María, ¿está Carlo?

- No, ha salido con Francesca a dar las invitaciones para la fiesta.

- Ah bueno, pues pues dejo aquí la comida para mañana sí no le importa.

- De acuerdo. - dice ella.

Le entrego las cosas, me despido de ella y me dirijo hacia la puerta.

Estoy a punto de salir cuando me choco con Federica, la hermana de Carlo.

Federica es igual que Carlo, rubia con ojos azules, aunque es un poco más bajita y tiene dos años menos que nosotros, es como mi hermana pequeña.

- Hola Marco, ¿qué tal todo? - dice dándome un abrazo.

- Muy bien, - le digo correspondiéndole al abrazo- aquí acabando de preparar cosas para la fiesta.

- Ella hace una mueca y me pregunta - ¿qué fiesta ?

- ¿No te lo ha dicho Carlo?

- Pues no, ¿dónde y cuándo? - dice con una sonrisa pícara.

- Mañana por la noche a partir de las 10:00 aquí, en tu casa, ¿estarás?

- Claro, aquí estaré, no me lo pierdo por nada del mundo.

Vuelvo a casa y me encuentro a mamá, le explico que mañana haremos una fiesta de despedida y parece realmente emocionada, a ella siempre le han gustado las fiestas. Cenamos todos juntos y me voy a mi habitación a seguir preparando las cosas para el viaje, después, me voy a dormir.

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Hoy es el gran día, desayuno impaciente para ir corriendo a casa de Carlo y empezar a preparar la fiesta. Tenemos mil cosas que hacer, pero valdrá la pena por que esta noche va a ser épica.

Cuando salgo de casa me encuentro con mi vecina, Anna. Ella es delgada con unas piernas kilométricas y morena con los ojos verdes. Hemos hablado alguna vez y siempre he pensado que está buena, no me lo pienso dos veces y le digo:

- Hola, Anna, ¿qué tal estas?

- Muy bien Marco, - me respondo con una sonrisa. - ¿y tú?

- Bien, de preparativos. - Le respondo.

- Uy, ¿y eso?

- Pues que estamos preparando una fiesta de casa de Carlo. Te acuerdas de él, ¿no?

- Si, claro. - contesta con una sonrisa.

- ¿Tú tienes planes esta noche? - le pregunto sin rodeos. - lo decía por sí te quieres venir a mi fiesta.

- No, no tengo planes. Me encantaría ir contigo a la fiesta. - y me vuelve a sonreír.

- Vale, perfecto, a partir de las 10:00 de la noche en casa de Carlo.

- Vale, esta noche nos vemos, adiós. - dice entrando en su casa.

- Adiós.

Me subo a la moto y dirijo a casa de Carlo.

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Nota de la autora:

Perdón por tardar pero no hemos podido escribir antes.

Gracias por leer, comentar y votar.

Besitos y gracias.