6

4.1K 226 7
                                    

Alba

Estoy haciendo la maleta para volverme a mi casa. Meto la ropa bruscamente, solo quiero coger ese tren y olvidarme de todo lo que he vivido estos días.

- Alba - de repente se abre la puerta y aparece Natalia, con el rímel corrido y cara de haber llorado mucho. Aun así está guapa, la cabrona-.

- ¿Puedes salir de mi habitación, Eilan? Creo que nadie te ha invitado - respondo, durísima y acercándome a la puerta para que se aleje y vuelva por donde ha venido-.

- Alba - repite, cierra la puerta detras suyo y avanza, alargando su brazo hacia mí-.

- ¿Eres sorda? Por favor, vete, no quiero discutir.

- No me voy a ir hasta que me escuches - contesta y se cruza de brazos-.

- Pero, tía, ¿de qué vas? Vete a tomar por culo - la empujo-. ¿No tienes suficiente? Parece que eres experta en joderme la vida. ¿Sabes qué? Otra vez me he quedado fuera de un casting por tu culpa.

- Lo siento.

- No me sirve. Otra vez, todos mis sueños a la mierda solo porque te cruzas en mi camino, si es que soy gilipollas.

- Yo no he hecho el casting final. También estoy fuera.

- ¡Qué pena! - digo, irónicamente-.

- Acabo de dejar a Mikel. Por eso me he ido, está aquí, en Barcelona y lo primero que he hecho es dejarle. No quiero hacer más daño a nadie.

- ¿Has roto dos corazones en menos de 24 horas? Enhorabuena, Eilan Bay, ya puedes seguir siendo la tía dura que te encanta aparentar.

- Alba, por favor. Le he dejado porque quiero estar contigo. Solo contigo - me coge la cara y veo en sus ojos arrepentimiento y verdad-.

- Déjame en paz, de verdad. No quiero hacerme más daño. Yo cojo mi tren, tú el tuyo y ya está, todas felices - suplico-.

- Sabes tan bien como yo que no será así. Tenemos algo diferente, Alba. Déjame demostrarlo. Soy un desastre, sí. Pero estoy intentando hacer las cosas bien...

- Déjame decirte que se te da fatal hacer las cosas bien - suelto muy sinceramente y ella no puede evitar una media sonrisa que yo imito-. Esto es un desastre. No va a salir bien en la vida, es que ni siquiera quiero que salga. Yo tengo las cosas muy claras - le digo, o me digo, y retrocedo. Necesito distancia de seguridad-.

- Alba, me estoy enamorando de ti. De hecho, estoy enamorada de ti. Mucho. Y no sé qué hacer para que me creas.

El corazón me va a mil por hora, no quiero creerla y al mismo tiempo creérmelo es lo que más deseo en el mundo. Porque yo también estoy enamorada de ella. Mi cabeza y mi corazón se debaten y yo me quedo literalmente sin reacción.

Ella aprovecha la guardia baja, se acerca, me acaricia la mejilla y me besa. Un beso suave, una completa declaración de amor hecha baile de labios. Me dejo hacer y nos separamos. No quiero abrir los ojos porque estoy perdidísima. No sé cual debería ser mi siguiente paso. O más bien si sé cual debería ser, pero también que no es el que yo quiero que sea. La odio, la odio por volverme loca.

Abro los ojos y me encuentro con los suyos. Suplicantes. Suspiro, estoy en la mierda. Todo mi cuerpo tiembla y ella agarra mis manos con las suyas, sin dejar de mirarme ni un segundo. Joder.

- Vete a la mierda, Natalia.

Esta vez la beso yo. Porque no puedo más, porque es lo único que me apetece. Aunque me parta el corazón en mil pedazos. Intensifico el beso y mis manos se vuelven locas buscándola. Natalia entiende las nuevas reglas del juego y me ayuda a subirme a su cintura, enredando mis piernas en su cuerpo cual koala.

- Hagamos las cosas bien - susurra entre besos-.

- Cállate y bésame - ordeno. No quiero pensar, de momento-.

Descargamos la tensión acumulada de todos estos meses en un baile de cuerpos brusco, desesperado, extremadanente sexy. Seguimos la batalla hasta llegar a mi cama.
No sé lo que estamos haciendo pero nos desfogamos a gusto. Natalia es una amante maravillosa y yo, por sus caras, interpreto que estoy más que a la altura.

- ¿Qué piensas hacer conmigo, Eilan Bay? - pregunto, enterrando mi cara en el hueco de su cuello, ella en seguida apoya su cabeza sobre su codo, para mirarme-.

- No me llames así, por favor. Es super frío - responde mientras su dedo recorre mi espalda desnuda. Se queda mirando a la nada y de repente pregunta-. ¿Tú que sientes? Yo ya te lo he dicho. Pero tú... solo te gusto físicamente ¿no? Te atraigo. Y ya.

- Dios, no has entendido nada - susurro y le acaricio la cara mientras sonrío-. De todo lo que hay en ti, lo que menos me gusta es lo de fuera. Imagínate lo pillada que llego a estar.

- Menos mal - sonríe-. Me cagaba pensar que era yo sola.

- ¿Y ahora qué, Nat? Estamos jodidas. No quiero pasarlo mal...

- Ahora vivamos esto. Démonos una oportunidad. Una sola. Albi, si sale bien, esto puede ser increíble.

- ¿Y si sale mal?

- Por lo menos lo habremos intentado.

Stupid Love Song | AlbaliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora