피와 초콜릿

EXTRA: Tattoo / BG, fantasía AU

(Para el ambiente, estaba pensando algo parecido a la serie de juegos City from Thief ).

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El hombre no se da cuenta cuando Jimin rocía veneno en su taza. Está tan borracho que Jimin pudo haberlo hecho justo debajo de su nariz y salirse con la suya tan fácil como quieras. ¿Qué hace que su trabajo sea mucho más fácil pero también plantea la pregunta: era realmente necesario contratar a un asesino para deshacerse de este cabrón? Un columpio de un hacha en un callejón oscuro y el borracho se ahogaría con su propio vómito en una zanja en algún lugar, hecho y hecho.

Sin lugar a dudas, hay personas que prefieren pagarle a alguien más para que haga el trabajo sucio por ellos. Todo el tiempo mirando hacia abajo, incluso condenando, a alguien como Jimin que hace de la muerte su oficio. Las bolsas hipócritas, sí, Jimin está muy familiarizado con el tipo. Pero lo que lo alertó sobre este caso en particular es la demanda de una ejecución pública. Lo que es raro. Como regla general, si uno quiere deshacerse de un adversario, quiere que se haga de manera discreta, desde las sombras, idealmente sin que se encuentre ningún cuerpo.

Jimin no tiene idea de lo que había hecho este pisspot para merecer una marca en su vieja y fea taza. Dios sabe que no le importa. El chico podría ser un santo, por lo que sabe, no cambiaría nada. Por un lado, no hay santos, Jimin aprendió mucho. Para dos, las personas de alta integridad no se convierten en asesinos en primer lugar.

Después de dejar al chico fuera durante un tiempo, Jimin se acercó a él en la taberna, su marca frecuente, bajo la apariencia de una puta común. Oh, la ironía es él. Él podría haber elegido el rol que quisiera, pero hay algo sobre disfrazarse de ramera que lo llama más que nada. En cierto modo, los asesinos y las putas son aves de pluma, son despreciados y despreciados por lo que hacen, a menudo por las mismas personas que vienen a buscarlos en un momento de necesidad. Por otro lado, hay algo extremadamente satisfactorio al ver la realización en los ojos de un objetivo, apenas unos segundos antes de que respiren por última vez, los mismos ojos que lo rechazaron, lo condenaron o lo miraron de reojo hace unos momentos.

Jimin toma un pequeño sorbo de vino de su propio matraz, se mantiene escondido alrededor de su cintura, antes de escabullirse de nuevo entre la multitud. El borracho grita algo después de él, algo acerca de que él es una maldita puta, pero es tragado por el bullicio de los habitantes de la ciudad. Unas bofetadas a su trasero, él lo ignora. Envía un beso al grupo de marineros extranjeros que lo alientan y lo invitan a formar parte de su círculo; también pueden disfrutarlo antes del momento culminante de la noche.

Sucede justo cuando uno de los marineros le susurra al oído lo que quiere hacer con un pastelito como Jimin arriba. Por mucho que a Jimin le guste adónde van sus pensamientos, se aleja de la mesa de los marineros para deslizarse hacia la entrada trasera. Su trabajo está hecho y le gustaría salir de aquí antes de que se calme el hedor.

El veneno es uno de los malvados brebajes de Ian. Rápido y letal, todos sus productos son, pero también hace que la carne brote en un fétido hedor que apesta a la axila del diablo. El tipo de olfato que permite todo en los alrededores. Buena suerte al fregar o ventilar, a veces Jimin es así de travieso y no hay nada que pueda hacer al respecto.

El callejón está lleno de ojos curiosos, pululando en la taberna para el espectáculo. Jimin pasa a su lado rápidamente, dobla una esquina en un pequeño callejón donde al final se encuentra felizmente solo. Se advierte a sí mismo suavemente, casi saltando por el camino empedrado, balanceando un brazalete con conchas marinas alrededor de un dedo; está seguro de que el marinero ni siquiera lo echará de menos, y si lo hace, bueno, no debería haber confiado en un dulce de labios. puta.

"Buen trabajo allí atrás. Hablarán de eso durante mucho tiempo, eso es seguro. Aún más sobre el olor.

Jimin gira sobre sus talones, alcanzando la bolsa con el polvo del velo, en caso de que necesite hacerse uno con las sombras. El extraño levanta sus manos apaciguadamente.