Juntos, a pesar de todo

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El cielo tan despejado y luminoso, donde cualquiera podría perder su mirada en la hermosa vista por horas, contemplando y percibiendo la paz que transmite el azul del cielo no refleja lo terrible que se ve cierta parte limitante de la ciudad Gotham, algo extraño puesto que constantemente aquél lugar destacaba por tener el cielo lúgubre y cubierto por nubes y hacer juego con el aspecto de todo el lugar.

Casi rozando los límites de la ciudad oscura una batalla se estaba llevando a cabo, un joven de ojos esmeralda se defendía de dos enemigos, un par de dragones gemelos los cuáles lo asediaban sin compasión, tratando con toda su voluntad el terminar con su vida.

Desde hace muchos siglos aquéllos que son dragones y las criaturas de lava han sido rivales, peleando y odiandose, teniendo bajas de cada especie por su desprecio al otro, o al menos eso es lo que se cuenta.

El chico era fuerte eso nadie podía negarlo, su gran habilidad para el combate sumado a sus dotes unicos al ser un desfendiente de las criaturas de lava lo hacían un adversario difícil de derrotar, pero aun con todo ello los gemelos eran buenos, su coordinación era casi tan perfecta que lograron acorralarlo. Esperando ya a morir en sus garras no sin antes dar batalla nuevamente se dispuso a seguir en su ataque y de igual forma la pareja se disponía a atacarlo con su imponente fuego, pero su ataque jamás logró llevarse a cabo puesto que una columna de fuego azul le levantó separandolos del ojos esmeralda.

Cuando fijó su mirada en quién hizo tal cosa sus ojos se abrieron y por alguna razón que ni él entendió en un inicio quedó eclipsado ante la persona que se posicionó a su lado. Un chico, quizás de su misma edad o menor al él por poco, su piel era tan blanca y sus ojos, sus ojos eran tan hermosos de un color azul semejante al cielo despejado o a un zafiro que resplandece con la luz que llegaba a ellos, una sonrisa adornando su bello rostro, tan tierno, tan inocente.... tan etérea su belleza.

—¿Estás bien? —su tierna pero firme voz resonó en sus oídos provocandole un escalofrío ante esa melodía. —Odio cuando tratan a los de lava así, jamás lo entendí.

Esas palabras le hicieron darse cuenta de algo, aquél quien lo ayudó era un dragón al igual que sus atacantes, pero entonces, ¿Porqué razón le ayudó y atacó a sus iguales?

Se es sabido que desde pequeños se les enseña a odiarse, tratar de evitar cualquier contacto con la especie rival, eso siempre escuchó de su padre por lo cual así actuó toda su vida y debió ser igual en aquél chico, pero aun así lo ayudó y por sus palabras parece detestar ese odio y conflicto entre sus razas.

—~TT~ podía encargarme yo solo, no necesitaba que te metieras. —tal vez con sus palabras nunca no diría, pero él sabía que no hubiese sobrevivido de no ser por aquella intervención y muy adentro suyo se lo agradecía.

La charla entre ambos chicos fue interrumpida por los gemelos que lanzaron un ataque en su contra, por su parte el oji esmeralda se preparó para seguir en su lucha pero logró ver al otro que de un momento a otro fue cubierto en fuego transformandose en un dragón, no era tan grande como sus enemigos pero imponía respeto y temor en ellos con su mirada y gruñido, solo pudo dar un intento de sonrisa por las agallas y deseo de pelear de éste.

Tal vez fuese la primera vez que sus caminos se cruzan y forzosamente se da su encuentro, pero cuando comenzaron a pelear había algo inexplicable entre ellos ya que aunque nunca hubiesen estado juntos, podían coordinarse casi perfectamente, cuando uno daba un ataque, el otro ya se preparaba para el siguiente, parecían dos piezas de un rompecabezas las cuales calzan perfectamente la una con la otra.

Al haber terminado aquella batalla ambos fijaron su mirada en el otro, uno con su expresión seria mientras que el otro con una sonrisa en su rostro, sus ojos fijos en el del otro, zafiro y esmeralda se analizaban, contemplaban cada pequeña parte de ellos y un solo pensamiento y sensación les traía el hacer aquella acción aún cuando apenas se vieron por primera vez.

Maldito DestinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora