A medida de que pasaban los dias, JongIn buscaba una señal, cualquiera, de que KyungSoo pensara bien de él.
Hasta señales de ¿aire?
Pero si se encontraban por casualidad en el rellano, su sonrisa era fría y forzada, la clase de sonrisa que se les dedicaba a aquellas personas extrañas de la calle. En sus ojos no brillaban alguna emoción.
Estaba convencido de que él lo veía como un baboso y él no sabía como corregir esa percepción, porque realmente era un baboso. En vez de seguir su plan inicial avanzar poco a poco en citas cada vez más intensas hasta la culminación sexual, se había lanzado directamente a la última fase, hasta un conejo tendría más autocontrol que él. Con todo, aún podría haber salvado la situación sino hubiera sugerido la fantasía de la lavadora podrían haberse quedado en el apartamento de KyungSoo y haber disfrutado un poco más, pero no, él tenia que haber estropeado todo por culpa de una estúpida obsesión.
Estúpido, estúpido, i-sekkia.Cuando KyungSoo se marchó del lavadero aquella noche fatidica, él había creido que tal vez pudiera explicarse si hablaba con él antes de que se enfriara por completo, pero Do no siquiera le había abierto la puerta. Por lo visto, no había mucho tiempo para sofocar su deseo y él verdaderamente era un baboso; y lo peor de todo era que veia a aquel hombre como su alma gemela, su pareja para toda la vida. Allí estaba, viviendo a la puerta de al lado y él había echado a perder la oportunidad de una relación seria al surgir una aventura sexual y encima no se le ocurría como reparar el daño.
KyungSoo había cambiado su rutina y ya no coincidía con él en el lavadero. Eso lo había descubierto enseguida, ya que a la mañana siguiente había bajado con la esperanza de que el otro estuviera lavando la ropa a las diez, como siempre. Pero no había rastro de él.
Patéticamente desesperado, empezó a frecuentar el lavadero a varias horas durante el sábado y el domingo. El primer fin de semana que siguió el desastre no tuvo suerte, y se preguntó si Mark habría decidido llevar su ropa a la lavandería que estaba a tres manzanas.
Al segundo fin de semana, sin embargo, tuvo éxito. Asomó la cabeza el domingo por la tarde y allí lo vió, sentado en la única silla plegable del lavadero, leyendo un libro mientras su ropa giraba en la secadora.
-Hola- lo saludó él, entrando.
KyungSoo levantó la mirada y, por un segundo, un destello fugaz ardió en sus ojos.
-Hola, Jong In. ¿Cómo has estado estos días?-
Jong In se preguntó qué pensaría si le decía la verdad sobre que había tenido problemas para conciliar el sueño, y que cuando lo hacía soñaba con él sin descanso. KyungSoo seguramente lo interpretaría como una artimaña para llevárselo de nuevo a la cama, y no sé creería que estaba sufriendo tanto por él que no podía concentrarse en su trabajo. Sólo en la última semana había fastidiado dos sesiones fotográficas.
No es mi culpa que las mujeres no puedan sacar más adelante su parte íntima.
De modo que le dijo que había estado muy bien.
- Y Tú ¿Cómo has estado?
-Muy bien- respondió, esbozando de nuevo aquella sonrisa fría y cordial. -La verdad es que no podría haber estado mejor.
-Estupendo- dijo él, asintiendo, preguntándose como demonios actuar. -Me alegra oírlo.- añadió, y miró la ropa que seguía dando vueltas en la secadora. Sólo el ruido que hacían las prendas al chocar contra el tambor metálico rompía el silencio dentro del lavadero.
- ¿El mueble para el televisor ha dado buen resultado?- le preguntó, sabiendo que estaba pisando terreno peligroso al mencionar eso.
-Oh sí, desde luego.
Jong In lo dudó, a menos que KyungSoo hubiese llamado a un carpintero para apuntalar la maldita estructura.
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PROHIBITED DREAM [KaiSoo/ADAPTACION]
FanfictionSueños. Prohibidos- KaiSoo °Sinopsis ° KyungSoo se había vuelto completamente loco por su sexy vecino,Kim Jong In. Y oír sus actividades nocturnas al otro lado de las paredes del apartamento. No estaba haciendo más que empeorar las cosas.... Hasta q...