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El trayecto desde la estación hasta su departamento estaba impregnado en esa mezcla de pegajoso de bochorno y humedad que siempre le hacía preguntarse a Jong In como  podían vivir sus abuelos en Chicago sin aire acondicionado. Tenían una casa no tan lejos de allí, y de niño  Jong In no había notado el sofocante calor porqué se pasaba el tiempo corriendo entre los aspersores comiendo  helado casero de melocotón. Pero a sus veinte años parecía haberse vuelto extremadamente sensible y remulgado ante las altas temperaturas.

Entró acalorado y sudoroso en el vestíbulo, y se dirigió hacia su apartamento,en la cuarta planta.
Lo primerp sería encender el termostato a toda potencia,y luego una ducha fría... ¿Le gustaría a Kyungsoo el helado de melocotón? .

Entonces percibió un movimiento delante de la puerra de su vecino y al instante dejo de sentir el calor.
Estaba hablando con un mozo de reparto que llevaba varias cajas apiladas en su carrito. Tras observar rápidamente las etiquetas, Jong In dedujo  que era mueble desmontable para el televisor o para el equipo de música. Derrepente se le encendió una luz en el cerebro.

-Hola,Kyungsoo.- saludo al pasar.
Dios... Estaba encantador con esos jeans holgados y una camiseta sin mangas blanca. Tal vez debería cambiar de banco,por obvia que fuera la jugada. Con un cajero como Kyungsoo no usaría nunca más el cajero automático.

Él levantó la mirada del recibo que estaba firmando.

-Oh,Hola Jong.

-Parece que tienes un buen plan para el fin de semana.

-Sí, he decidido comprar algo para poner la televisión.- respondió él riendo,acomodandose el flequillo.

-Buena suerte.-Dijo él.

-Gracias, Jong In.

A pesar del imperioso deseo por detenerse, se obligó a seguir caminando hasta su departamento. Pero al llegar a la puerta se giró, como si aquel momento se le ocurrió la idea que en verdad se le habia ocurrido un minuto antes.

-Oye, montar esas cosas puede ser muy complicado. Si necesitas otro par de manos, estaría encantado en ayudarte.

Otro par de manos muy muy muy pero muy ansiosas... Oh, Dios. No importaba lo denodados que fueran sus esfuerzos por someter al libido. Era más fuerte que él.
El chico de reparto ya habia metido el carrito en el departamento, pero Kyung volvió a asomar la cabeza ppr la puerta.

-Es muy generoso de tu parte ¿Por casualidad no tendrás un destornillador?.

-Sí, claro que sí.- respondió él, aunque no tan seguro donde lo tendría. Esperó no haber cometido un error táctico. Era un experto con la cámara, pero apenas sabía manejarse con las herramientas.
En fin... Los muebles desmontables venían previstos de instrucciones, aunque estas estuvieran normalmente escritas por auténticos analfabetos. Seguro que podía arreglárselas .

-En ese caso puede que te llamen.-dijo el pelirrojo.

-Cuando quieras.-respondió Kim, y esperó entrar en su apartamento y cerrar la puerta de un puño triunfante.

¡Sí!

Una hora más tarde,Kyung estaba sentado en el suelo del salón, rodeado de bolsas de tuercas,tornillos, varias láminas  de madera prensada de color cereza, su navaja del ejército suizo y un manual de instrucciones, absolutamente incomprensible. La navaja contaba de varios con varios destornilladores diminutos, pero aún no había atornillado nada.

Aunque nunca había montado un mueble en su vida, había apostado a que su inteligencia superior lo sacará del embrollo. Gran error. Aquel módulo para el televisor era una apuesta en más de un sentido. Una pieza semejante de mobiliario implicaba que buscaría el entretenimiento en casa. Pero durante los dos últimos meses había intentado distraerse fuera de casa. Y estaba arto.




PROHIBITED DREAM [KaiSoo/ADAPTACION]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora