Habia una vez en una ciudad pequeña que más bien era considerado como un pueblecillo perdido, la mayoría de la población era de descendencia africana , donde la pobreza abundaba, un pueblo del que ni siquiera el mismísimo Dios se acordase. Vivía una niña llamada Eulalia, una linda niña negra con su cabello afro y ojos grandes,negros y profundos como la noche, vivía en una casa de caña en medio de un bosque de plátanos , a veces jugaba a las escondidas en ese lugar , con una madre bebedora y prostituta y un padre ausente tuvo que vivir esta pequeña niña.
Su madre la veía como una esclava más bien que como s su hija, todos los días salía y había veces en los que no regresaba ni dos,tres días y cuando regresaba llevaba una botella de alcohol agarraba a la pequeña y la golpeaba hasta que se cansaba y se iba a dormir ,casi no había nada de comer a parte de los plátanos ella trepaba o los tumbaba con un palo de caña ,sin embargo, en los días en los que aquellos no maduraban pasaba días muriendo de hambre, tenia tanta hambre al punto que en la escuela se desmayaba cada día.
Un día en el colegio ella se desmayó su profesora preocupada, la lleva aun medico para ver que tenía la pequeña.
-Amiga, dejeme decirle que esta niña está desnutrida, lo sé con solo mirala.- dijo el doctor con su acento neutral
Le alzó la blusita del uniforme y se podía ver sus costillas bordando en su piel. La niña que solo tenía 6 años tocó sus costillas y miró a la profesora con sus ojos grande como en señal de ayuda.Pero ella no podía hacer nada, podría denunciar pero las leyes , la moral y la protección quedaron atrás y como resultado no harían absolutamente nada solo se quedaría sentados en sus sillas,mirando papeles y mirándose a las cara y rascándose lascpelotas sin buscar soluciones(en caso de la protección infantil).
La profesora y Eulalia salieron del medico y fueron a un pequeño restaurante de la zona y ordenó 2 platos de hallacas y una crema de vegetales, al esperar la señora le preguntó a la pequeña.
-¿Desde cuando no has comido?.-
-Tres días.-dijo ella con su cara mirando al suelo.
-¿Y porque no dijiste nada?. -preguntó la maestra preocupada
-Porque tengo miedo.-
-¿Miedo?.-
Tan solo sirvieron la comida ,la niña lo miró fijamente y estalló en lagrimas ante tal acto de generosidad.
-¿Esto es para mi?.- Preguntó entre lagrimas
-Si, come.-
Eulalia solo agarró su cuchara y empezó a literalmente a tragarse rápidamente la comida mientras que sus lagrimas no se dejaban de derramar.
-Señorita, gracias .- dijo la niña
Salieron del restaurante y la niña llena de energía y alegría se despidió de la profesora y se fue corriendo a su casa.
(...)
Tan solo al abrir la puerta y todo su mundo de repente se volvió blanco y negro y el sabor de la comida en su boca se llenó de un sabor amargo tan solo ver a su madre acostada en la mesa con 3 botellas de agua ardiente vacías, lo único que hace es irse a los palmares a llorar, tan pequeña tan frágil, pero trataba de no llorar frente a su madre para mostrarle que es fuerte ante todo el sufrimiento que pasaba,además de que si lloraba esta le iba a pegar aún más para que se callara. En los campos de plátano corría y corría porque en su corazón sentía que no podía regresar a ese lugar buscando un refugio donde quedarse, hasta que encontró una choza de Adobe se acercó curiosa y vio una viejita sentada en una silla mecedora de madera mirando el fogón.
Ella se metió cautelosamente y se acercó a donde ella, le vio profundamente dormida ella cariñosamente le puso una almohada en su cabeza y caminó lentamente hasta que se tropezó e hizo caer una jarra de metal haciendo despertar estruendosamente a la señora.
-¡NIÑA!.-
Continuará...
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La felicidad en mi piel
RandomEulalia es una jovencita que trata de ser fuerte en un mundo en que la pobreza invade, el amor acaba,el racismo es más fuerte y donde anhela con su corazón encontrar su propia felicidad.