Capítulo 14: Lost

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Me siento perdida, como si caminara a ciegas, sin saber a dónde voy. Es una sensación de desesperación que poco a poco se filtro dentro de mi ser y ahora, me ha invadido por completo, no quiero dormir porque lo recuerdo, no quiero cerrar mis ojos porque lo veo y el dolor es incluso mayor que mi ansiedad. Creo que estoy empezando a perder la razón, gracias a la única cosa que alguna vez fue mi salvación.

La lluvia golpeaba contra la ventana furiosamente, mi reflejo contra el frío vidrio me hacía lucir aún más patética de lo normal, odio esto, odio sentirme así. Inútil, porque sólo puedo sentarme y ver a otras personas ayudarme, curarme. Este sentimiento, es horrible.

Mi teléfono comienza a sonar llenando la habitación de ruido, me hace feliz poder escuchar algo más que la lluvia contra la ventana.

— ¿Diga? — escuchó una risa del otro lado del teléfono, sé que es Gis. Pero no quiero arruinar lo que sea que esté planeando.

—Hola, solecito—dice con la voz alegre que no había escuchado en mucho tiempo.

— ¿Pasa algo? — le preguntó mientras me siento en la cama.

—Bueno— la escuchó reír de nuevo — resulta que conocí a un chico y es maravilloso— podría jurar que está intentando no gritar pero está demasiado feliz como para fingir ser normal.

— ¿Y cómo se llama? — preguntó, interesada, aunque mi voz diga lo contrario.

—Hace tres días, fui a un club él estaba ahí con su sonrisa y su personalidad de chico malo…— después de reír como tonta durante cinco segundos vuelve a hablar— me enamore.

Ella no puede estar segura de eso lo conoció hace tres días. ¿Pero quién soy yo para criticar? Ah, odio mi vida.

— ¿Cuándo voy a conocerlo? —conozco a Giselle, sé que ella no llamaría de pronto para contarme de un chico si no fuera serio, al menos para ella.

—Pronto, cuando vuelvas, debes ir a casa tomar un baño, llamarme y nos veremos ese mismo día si es necesario— suspira—pero no quiero que te vayas a enamorar de él. ¡Es mío! — Giselle siempre ha sido envidiosa, incluso con cosas que aún no son suyas del todo.

—Está bien, cuando vuelva… te llamaré.

—Ah, por cierto, tu madre vino a buscarme ayer. ¿No le dijiste que te despidieron?

Genial, la última cosa en la que quería pensar era esa.

—Sé lo diré cuando encuentre otro trabajo…—mentí.

— ¡Olvide decirte! — Casi gritó, no sé si Giselle tenía micrófono incluido o simplemente era medio sorda— El gerente se volvió loco— comenzó a reír, esta vez de manera burlona— nunca quiso hacer su propio trabajo y ahora que no hay quién lo haga por él parece un perrito perdido, y lo peor de todo es que el nuevo presidente regresó hace dos días. Todo está de cabeza.

—Giselle, no quiero hablar de eso ahora…— dije mientras masajeaba mi cabeza con mi mano libre.

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⏰ Última actualización: Aug 14, 2012 ⏰

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