1

2 1 0
                                    

Capítulo 1:Los híbridos y mística de una cornamenta.

Jade.

¿Alguna vez se sintieron tan perdidos que no recuerdan ni lo que son?

Eso me pasó a los once años. Once años, vamos. Mi padre llevaba un buen tiempo alejado de mí, pero tuve que ser fuerte, por mamá. Sí, mi padre me había abandonado recién cumplidos los dos, pero mi mamá tenía la carga de haberlo amado quince años.  Y aprendí  a sostenerla emocionalmente, y desde entonces, somos como una sola. 

Once años, salir a jugar como cualquier niña. Y que dos hombres con máscara lleven mi pequeño cuerpo hacia una camioneta negra. Pensé en si dolería, ya me habían advertido de las chicas desaparecidas. Pero no fue igual, porque me llevaron a un laboratorio, en donde clavaron una jeringa en mi brazo izquierdo, y me dormí profundamente.

Unas horas, o días más tarde, no lo sé, desperté en el bosque. Y había algo diferente. Mis orejas habían pasado a ser unas de conejo. 

Nunca supe a qué se debió, nunca encontré a los culpables. Nunca volví a ver a mamá.

Crecí, contando desde el día en que desaparecí (faltaba un mes exacto para mi cumpleaños, por eso no me perdí con respecto al tiempo). Y a los trece años, encontré alguien como yo. 

Su nombre era Uzui Mooned, era un año mayor que yo. Y gracias a él supe mi historia, porque él recuerda la suya: se lo llevaron cuando tenía doce, pero no lo durmieron. Le inyectaron, y sufrió mucho, para conseguir una cornamenta.

¿A qué vamos con esto? Richard Harrington, el jefe de todo esto, buscaba la posibilidad de animales-humanos. Para ello, Uzui, yo, y alguien más de quien no sé el nombre, fuimos secuestrados y ''probados''.

Lo interesante de esto es que Harrington no logró lo que quería, por eso al tercer intento abandonó el proyecto.

Uzui y yo nos acostumbramos a la vida en el bosque. 

Y a convivir entre nosotros.

---

Desperté. miré hacia Uzui, el cual seguía dormido. Habíamos encontrado una cabaña curiosamente amoblada, y equipada con ropa. Aunque sólo eso, la comida la sacábamos del bosque. Yo sabía coser, y no es por presumir pero hacía maravillas con la ropa. 

Bajé las escaleras justo cuando Kaede entraba.

Kaede, cuida lobos desde que es pequeña. También vive en el bosque, pero con su familia.

—Hey—sonrió—traje un poco de café para desayunar.

—Suena bien. Pon algo de agua para hacerlo, iré a despertar a Uzui.

Subí las escaleras, entré a la habitación, y me tiré sobre Uzui.

—Maldita sea Jade, déjame dormir.

—Noop—sonreí—vamos abajo, Kaede trajo café. 

—¿Y yo que tengo que ver? Sal de encima, pesas.

—¿Acabas de llamarme gorda?

—Lo hice—sonrió.

—Levántate y no te molesto.

No sé cómo, pero logró alzarme desde las piernas, y me llevó escaleras abajo. Kaede miraba divertida mientras sacaba galletas caseras de parte de su madre (sí, ella nos alimenta mucho, su granja nos abastece a nosotros también).

—Buenos días, Uzui—lo saludó—te compadezco, es insoportable.

—¡Hey!—me quejé.

Desayunamos en paz y luego Kaede se fue por unos minutos. Yo estaba limpiando los restos del desayuno, hasta que Uzui me llamó. Fui hasta la habitación y lo miré extrañada.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 18, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Moose & Rabbit.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora