Mi mate el prometido de mi hermana

U N O (Editado)

Aquel día en el que todo cambio, me encontraba en la sala mirando la televisión, esperando que llegarán los invitados de mi madre. Habían pasado unos cuantos días de mi transformación

-Dakota  hazme el favor de apagar ese televisor los invitados están por llegar - dice mi madre entrando a la sala.

-Vooy- me levanto con pereza antes de apagar la televisión

No entiendo por que tanto es escándalo simplemente vendrá Dylan, y los vecinos.
Mamá llama a mis hermanos mientras caminamos a la cocina, nos encontremos con Karina quien no duda en asaltarme con preguntas.

-¿Cómo te encuentras? ¿Haz tenido alguna molestia?- pregunta acercándose a mi para examinarme de cerca.

-Pues creo que bien, no me siento diferente ni nada 

-¿Estas segura?- Antes de poder responder su teléfono vibra  interrumpiendo nuestra conversación.
Lo mira unos segundos antes de suspirar con cansancio

-Dylan?- me atrevo a preguntar

Ella asiente y camina fuera de la cocina.

-Tu hermana está pasado por un momento difícil, trata de ayudarla en vez de hacerlo más difícil- Habla mamá a espaldas a mi mientras termina de decorar su tarta de frambuesa.

Unos cuantos minutos pasaron antes de que todos estuvieran reunidos, mis padres hablaban animadamente con los vecinos, mientras Karina trataba de parecer normal junto a Dylan que estaba más serio que de costumbre. Los gemelos por su parte se saboreaban la tarta que se encontraba al centro de la mesa.
Todo iba bien hasta que comencé a sentirme rara, algún tipo de cosquilleo me recorrió de pies a cabeza.

Sin poder evitarlo me remuevo en mi sitio, de repente me siento vulnerable, como si me estuviera faltando algo. Pienso que es la comida tal vez que me cayó mal sin embargo otra ola de sensaciones nuevas me hacer pensarlo dos veces.
Esta vez es más intensa, un olor a canela y azúcar tostada llega a mi, me toma de sorpresa que no logro controlar el pequeño quejido  que sale de mis labios.

Otra sensación llega hasta mi, pequeños calambres se apoderan de mis piernas, poco a poco van subiendo hasta situarse en una zona incomoda.

-Con permiso voy al baño, ahora vuelvo - digo levantándome de la mesa

Salgo del comedor tratando de lucir normal, una vez dentro del baño me reviso las piernas esperando encontrar algún tipo de reacción alérgica pero no veo nada fuera de lo normal, entonces me miró al espejo y me sorprende ver qué mis pupilas están casi completamente negras.

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( Dylan)

Se lo que me sucede, pero no lo quiero admitir, no quiero renunciar a lo que he logrado tener junto a Karina, pronto nos casaremos y seremos felices.
Camino a su casa sentí aquella sensación, era un jaloncito en el pecho, no dolía pero era incómodo.
Cuando ya me encontraba en casa de Karina  tratamos de que nuestros problemas no afectarán la celebración de Dakota.
Todos juntos nos sentamos a comer y mientras terminábamos comencé a sentir un olor a lavanda y canela, era tan intenso que comencé a sentirme mareado, por un momento creí ser el único pero note como Dakota se incomodaba también.
Justo iba a preguntar de dónde provenía el olor cuando sucedió.
Mi lobo, aquel que la mayor parte del tiempo se encontraba dormido, comenzó a desesperarse , tanto que tuve el impulso de ponerme a aullar de alegría, una alegría desconocida

Mate..

_Con permiso voy al baño ahora vuelvo - dice Dakota y sale del comedor                       

Trato de controlarme sin embargo Karina lo nota y pregunta que sucede, por alguna razón me enoja que se preocupe por mi y simplemente le digo que no le importa antes de disculparme y salir al jardín.
Una vez ahí me arrepiento de la manera en la que le contesté a Karina, pero no hago nada por arreglarlo y saco un cigarro.
Trate de dejarlo pero últimamente e tenido demasiados problemas que recurro a el la mayor parte del día.

- Dylan

Suspiro cansado pues se lo que viene.

-Perdon Kari, no se que me sucede no era mi intención hablarte de esa manera.

- Te juro que tratos de darte tu espacio pero no puedo Dylan, siento que no me cuentas las cosas y yo así no puedo avanzar- cuando la miró tiene lágrimas retenidas.

- De que estás hablando?

- De que estás cada día peor, no se que te sucede no se que demonios hacer para que te sientas cómodo para que veas lo mucho que te amo- En este punto ya está llorando y lo único que puedo hacer es abrazarla, aferrarme a lo que tengo con ella.

Esa noche me aferre con todas mis fuerzas a ella por qué alejarse se sentía mal, incorrecto...

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