Esta noche lloverá

Esta noche supe que no te vería más, en mis días no habrá música, en mis tardes ya no habrá café, mis noches serán frías y el insomnio me dominará.

No pararé de pensar en tu bello andar, tu sonrisa será cosa de imaginación, el deleite será efímero y se posará en el recuerdo de tu hablar.

Mi llanto no se detendrá, todo el día, toda la noche, el murmullo de tu nombre en mi tímpano se alojará, el recuerdo de tu melódica risa resonará sin parar.

¡Lloverá, oh cuánto lloverá! No hay escape de esa lluvia torrencial, dentro y fuera me acosará, húmeda esta mi almohada de tanto lloviznar.

Mi sala se inunda más y más cada vez que se escucha tu nombre en la esquina de mi hogar; remando me desplazo en el sillón donde antes te escribía melodía, verso y toda suerte de poesía.

Me hundo en la agonía, respiro decadencia, siento tu ausencia, expiro mi sentencia. El día aún no empieza, el sol aún no rosa el campo de flores y aún no hay brisa matinal.

¡Lloverá, oh cuánto lloverá! Dentro y fuera lloverá, las paredes lloran, los pisos desaparecen y las escaleras se doblan. El reloj se detiene en punto de la media noche, es imposible detener este diluvio.

Siento en todo mi cuerpo el marchitar de un amor, letárgico deambulaba por el pasillo que parece nunca acabará, ¿cómo es que nuestro amor que se sentía infinito lo dejamos marchitar?

Flor de lis, flor de clavel, flor de rosal, flor, siempre flor, prometíamos ser eternos, llenos de calor. Si cumplimos, pues nuestros encuentros los hicimos longevos.

No me queda más que buscar refugio en tan bellos recuerdos, aún puedo vivir un tiempo contento con aquella imagen de tu resplandor y el eco de tu voz.