Capítulo Único

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Necesitaba irse del país, y no por huir de lo que tenía. Era todo lo contrario. Luego de algunos años había sido aceptado en uno de los mejores hospitales en Canadá, donde deseaba cursar su especialidad. Y, cabe aclarar, no es que no estuviese feliz por ello. Caramba, estaba jodidamente contento, salvo por el hecho de que debía dejar la vida que había construido en tan poco tiempo.

Conocía a su novio desde la preparatoria, sí, pero habían dado el paso inicial de su relación amorosa un año atrás.

Todo había pasado relativamente rápido. Las cosas con Zoro fluían tan naturalmente que vivían juntos ya, se habían adaptado tan bien que incluso pensaban en mudarse a un sitio más amplio. Más adecuado para sus gustos.

Trafalgar tenía el pie fuera de aquel sitio cuando llegó la carta de aceptación que, por obra del destino, había caído primero en manos de su novio.

Sabía bien que Zoro no había abierto el sobre, confía en el cabezota de su novio, pero estaba consciente de que no le creería ni media palabra si llegaba a decirle que era nuevamente un rechazo. No sin leerlo él mismo, al menos.

Hablaron por poco tiempo, desde su punto de vista, y es que para Zoro no había nada de qué hablar.

—Debes ir—fue su simple conclusión

—Podría ser el final de nuestra relación—había respondido Trafalgar, tratando de sonar sereno, pero el otro notaba su inconformidad

—Te esperaré el tiempo necesario. E iré a verte en cuanto tenga oportunidad...

—Roronoa-ya... Incluso tú sabes que las relaciones a distancia nunca terminan bien

—Y puedo vivir con ello, Trafalgar. Lo nuestro no es tan importante si lo comparas con tu profesión...

—Puedo aplicar el próximo año...

—Si los rechazas ahora difícilmente vuelvan a darte oportunidad.

Trafalgar no responde, dándole la razón. Si daba semejante tiro a ciegas todo su esfuerzo se iría por el caño. Suspira mientras se levanta de la mesa, dejando el café de lado. Zoro solo le ve encerrarse en la habitación con un deje de tristeza.

Claro que le duele pensar en ello. Dejarlo irse de ese modo es doloroso, pero debe soportarlo. Debe ser fuerte por ambos. De no serlo Trafalgar seguirá actuando como un crío al respecto, y Zoro no quiere escuchar algo como eso de nuevo...

El amor nunca debería interponerse en la superación personal. Al menos así es como el peliverde lo ve.

Pasan algunas horas de las que ninguno es realmente consciente. El reloj, que antes marcaba las 9 de la mañana ahora marca las 2:15 de la tarde. Trafalgar sale de la habitación con los ojos ligeramente hinchados y maletín en mano.

—Iré...—es lo único que dice al respecto al tema que trataron, toma el sobre de la mesa y lo mete junto a otros papeles.

—¿Cuándo?—cuestiona un martes por la tarde.

—Primero debo finalizar algunos trámites. Para el sábado ya debo estar allá... No tengo mucho tiempo...

No se ven a la cara, no pueden hacerlo.

Law por temor a golpearlo y Zoro por temor a soltar alguna imprudencia que haga al otro arrepentirse. Trafalgar sale del departamento antes de las 3 de la tarde y Zoro googlea información sobre el sitio donde irá el otro

New Brunswick, Canadá.

Sale del departamento a eso de las 4 de la tarde, luego de comunicarse con Franky, su jefe, minutos antes avisándole que no se presentará en el taller durante el resto de la semana.

OS. Especialidad {ONE PIECE}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora