Friend • Jinsu

único

Era de noche y los miembros del grupo (excepto uno) se encontraban en la habitación de Namjoon, bebiendo cerveza mientras jugaban y reían. Incluso los que menos acostumbraban a tomar alcohol estaban consumiéndolo, y se podía decir que ya andaban todos algo ebrios, aunque no en demasía. A parte, no importaba, tenían el siguiente día libre de conciertos o largas prácticas, como mucho lo iban a aprovechar para dar un pequeño tour por París, pero poco más. Solamente Yoongi se había acostado temprano, cansado, como si tuviera que hacer algo en la mañana, sin embargo aquello era natural para los demás.

Comenzaron a ponerse retos entre ellos, dejando al azar cada víctima con una botella. Los menores estaban entusiasmados, alegres de poder hacer travesuras, pero los mayores no se quedaban atrás tampoco.

Al final la mayoría lo llegaron a pasar mal, por lo menos una vez. Hoseok, por ejemplo, tuvo que encerrarse en el cuarto de baño que venía incorporado junto a la habitación, con la luz apagada, alrededor de diez minutos, por supuesto Jungkook y Jimin no dudaron en darle ambiente al terrorífico reto haciendo ruidos o golpeando la puerta. Namjoon se vio obligado besar a Taehyung en la mejilla —aunque eso no fue realmente desagradable— y este no pudo hablar durante quince minutos (a petición del maknae). El aura formada en la habitación gracias a la confianza, la diversión y el cariño familiar que se profesaban hicieron la velada memorable, a pesar de su simpleza.

—Como último reto —dijo Jimin— Seokjin hyung tendrá que ir a despertar a Yoonie hyung.

El resto emitió un "ohhhh" gracioso. Estaban expectantes por saber qué iba a hacer Yoongi ante eso, aunque también se compadecían de Seokjin, el único en no mostrarse ansioso sino incómodo. No temía a su dongsaeng, pero la idea de perturbar su descanso era bastante nefasta. Probablemente el chico se iba a enfadar con él, si tenía mucho mucho sueño inclusive podía perder los modales, así era el rapero cuando se situaba en medio del sueño y la realidad.

No obstante la borrachera (más bien la tentación) le impidió negarse. Cuando fue a darse cuenta ya había salido de la habitación y estaba caminando por el pasillo, descalzo frente al entrante frío. La penumbra dominaba el lugar, debido a la leve luz artificial emitida por lámparas casi fundidas, gracias a eso Seokjin se equivocó de cuarto unas dos ocasiones hasta hallar el de su compañero.

En efecto, el menor estaba dormido y tapado al completo con una manta que lucía calentita. El cantante tan siquiera podía apreciar los mechones de su amigo, ocultos, lo que le hizo dudar pues quizá había vuelto a entrar en el sitio incorrecto, y el que dormía despreocupado debajo de la manta era algún desconocido. Aun así se adentró más en la estancia.

Destapó cuidadoso el cuerpo plácidamente tumbado, comprobando que era Yoongi, quien parecía un gatito abrigado. Al estar del todo seguro ideó un rápido plan influenciado por la bebida, tal vez por eso más infantil. Acarició divertido los cabellos contrarios olvidando que debía ser amable y no molesto para evitar un gran enojo. No obstante, el menor continuaba roncando, inconsciente de lo qué sucedía en su entorno. Entonces Seokjin, abultando sus labios, se tiró encima del chico sin miramiento. Obviamente eso fue suficiente para despertar al rapero. El dolor hizo que este instantáneamente frunciera el ceño y que la confusión lo inundara al ver que su hyung era la persona que había irrumpido en su descanso. Pero cualquier duda que se pudo formular fue resuelta, con rapidez, al oler el alcohol proveniente del aliento de Jin.

—¡Despierta! —gritó el mayor con los ojos cerrados, ignorando que ya había cumplido su cometido. Lo gracioso era que al no estar en sus cinco sentidos, hacía gallos al hablar constantemente, sin percibirlo siquiera.

—Ya, hyung, ve a dormir —dijo Yoongi, tratando de no golpearlo por el enfado.

—Sí, sí, voy a ir a dormir. Pero primero tengo que despertar a Yoonie... —El menor suspiró abatido, tratando de tirar a Seokjin a un lado, su peso comenzaba a asfixiarle. Pasó por alto, además, el apodo que por lo general no usaba para dirigirse a él.