Calum Hood no era el tipo de persona que entregaba su corazón, en realidad, ni siquiera era el tipo de persona que se regresaría a mirarte dos veces aunque así quisiera. Su vida complicada le había enseñado a poder analizar la situación, a saber en que meterse y que evitar, muchas personas sacaban de conclusión que tal vez no lo habían querido lo suficiente de pequeño, pero sinceramente Calum tuvo todo el amor que alguien puede recibir, sus padres lo amaban, su hermana y él tenían una buena relación además de un grupo de amigos que sabían entenderlo y aceptarlo tal y como era, simplemente era un poco reservado.
El moreno creyó que con lo que tenía era bastante feliz, pero no fue hasta que llegó Luke Hemmings a su vida que se dio cuenta de todo lo que se estaba perdiendo. Luke era alto, rubio, de ojos hipnotizantes y sonrisa cautivadora, llamó la atención de Calum desde que el momento en que dio un paso en el pequeño bar en el que se encontraba con sus amigos celebrando el cumpleaños de uno de ellos. El moreno lo observó interactuar y sonreír, de alguna manera cruzaron miradas por un momento y, consciente de que no todos los días alguien llamaba su atención más de lo estrictamente necesario, supo que debía intervenir. Con un leve movimiento se separó de la mesa en la que se encontraba y se encaminó a la barra pidiendo una cerveza mientras tomaba asiento, no sabía qué se encontraba esperando, pero lo supo cuando lo escuchó.
"¿Está ocupado?" Preguntaron a su lado, no tuvo que girarse para saber de quién se trataba.
"Si te dijera que sí, ¿que pasaría?" Tentó su suerte.
"Me sentaría de todas formas."
El rubio se sentó sin otra palabra para después pedir una cerveza, la misma que Calum, y se quedaron en silencio algunos segundos, segundos que le permitieron al moreno evaluar lo que estaba ocurriendo. Se sentía nervioso, nunca había sido tan bueno al intentar llevar una conversación fluida pero no quería quedar mal, así que decidió dejarse llevar, porque no había nada de malo en olvidar las inseguridades por un momento, y si no funcionaba, al menos podría pensar que lo había intentado. Un suave murmuro detuvo los pensamientos que tenía para poder iniciar alguna conversación.
"¿Quieres salir de aquí?"
Lo pensó un instante.
"Con una condición."
"¿Cuál?"
"Dime tu nombre." Después de todo no pensaba salir del lugar con un total desconocido.
"Luke," Respondió inmediatamente dándole una pequeña sonrisa. "Ahora, lo justo es que sepa el tuyo también."
"Calum."
"Muy bien, Calum, sígueme."
Podría decirse que ahí fue cuando todo empezó, Calum siguiendo a Luke en la lluvia de luces que la ciudad les ofrecía una helada madrugada de Febrero. Un pequeño lazo se formó entre ambos mientras paseaban por las calles hablando de cosas sin sentido, descubrieron que tenían gustos parecidos en música, estudiaban en la misma universidad, aunque no se habían topado antes, y que ambos estaban igual de perdidos, y cuando Luke se ofreció a que ambos se ayudaran a encontrarse el moreno no pudo decir que no, no cuando los ojos azules de su acompañante lo observaban con todas las luces reflejadas en los mismos, era un espectáculo, uno del que no quería huir.
Cuando empezó a amanecer ambos tomaron su rumbo, no se dijeron adiós, no hubo ninguna palabra de despedida, simplemente pequeñas sonrisas para después continuar sus caminos. Calum, siendo bastante negativo, se apegó a la idea de que seguramente no se volverían a ver y se dijo que se encontraba bien con aquello, pero no fue hasta el siguiente día cuando caminaba hacia su primera clase que se dio cuenta de lo equivocado que se encontraba. A un lado de la puerta se encontraba el rubio y cuando sus miradas se toparon, sonrieron.
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Youngblood; cake edition.
FanfictionPequeñas historias de Luke y Calum inspiradas en las canciones del álbum de 5sos "Youngblood"