TaeYong

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Tomó aire profundamente, mirándose una vez más en el reflejo de su celular, al menos se veía bien.

Se acercó a la puerta y asomó apenas sus ojos, mirando hacia ambos lados para ver que no hubiera nadie de camino, aunque si escuchaba muchas voces en la sala, pero eso no le importaba tanto.

Como no vió a nadie en el pasillo, salió de su habitación y literalmente corrió hacía el cuarto de TaeYong, tocando la puerta desesperadamente.

Escuchó un pase desde adentro, abrió la puerta y al notar que el mayor no estaba mirando, se giró, cerrando la puerta mirando hacía a ella.

TaeYong lo miró, dándose cuenta de que no se despegaba de la puerta, se rió un poco de la actitud del menor.

-¿JungWoo? ¿Todo bien?

Cuando no recibió respuesta del menor se asustó, levantándose y colocándose detrás de él con una mano en su hombro y otra mano en la mano del menor, quitandola del picaporte. Eso hizo temblar al menor, no sabía cómo reaccionaría TaeYong.

-Oye, tranquilo - Intentó calmarlo, girandolo, quedando cara a cara frente al menor.

Sus ojos analizaron toda su cara, tragando saliva, estaban a una muy corta distancia, con JungWoo acorralado contra la pared.

Su memoria le falló, ni siquiera recordaba para qué había llamado al menor a su habitación, sólo podía fijarse en como el maquijalle que llevaba hacía resaltar aún más la belleza natural del menor.

Lamió sus labios, mirando los del menor.

JungWoo en cambió miraba de los ojos a los labios de su mayor, mierda, nunca le había pasado por la mente las ganas de besarlo, pero ahora si las tenía, quería abalanzarse y hacerlo, no era como si lo tuviera muy difícil en ese momento, sólo tenía que cerrar la distancia que había y tampoco era mucha.

TaeYong se acercó y dejó un pequeño beso en los labios a JungWoo, y no era como si no quisiera seguir con eso, pero la puerta sonó, interrumpiendo, haciendo que se salieran de ella y esta se abriera, dando paso a una mandana de niños.

Galaxy JungWooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora