Feliz Cumpleaños Bucky

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     Hacía calor, mucho, mucho calor, tal vez por toda esa bruma extraña de color azul que flotaba en la habitación. Unas traviesas caricias se encargaron de distraerlo y Bucky se retorció sintiendo como la otra persona se subía fácilmente sobre sus caderas, arañando su estómago con negras uñas filosas, mezclando placer y dolor a medida que esa misteriosa persona se dejaba caer sobre su pene hinchado, recibiéndolo en su caliente y apretado pasaje.


-Vamos... muévete ya...-Rogó en un jadeo sujetando a su pareja de la cintura. No podía soportar un segundo más de quietud, se encontraba demasiado excitado para tomarse las cosas con calma. Sin embargo su compañero parecía disfrutar de su sufrimiento, riéndose perversamente mientras mecía sus caderas adelante y atrás, tan sensual como lento, el estímulo era demasiado pobre para conducir a Bucky a su liberación- Por favor... necesito... yo...


-Shhhhhh... Tranquilo cachorro... voy a cuidar muy bien de ti...-Aseguró la presencia acariciando el rostro de su desesperado amante, consiguiendo serenarlo efectivamente.

Bucky abrió la boca para recibir el hambriento beso de recompensa por su paciencia, dejándole paso libre a la lengua más larga y experta que dominó instantáneamente a la suya ¿Era su imaginación o su pareja tenía la lengua bifurcada?, su saliva era dulce como una piruleta, sus labios llenos y suaves que no se cansaba de saborear. Sus caderas se mecían como el ritmo de las olas, brindándoles un placer profundo y contante que fácilmente podría alargarse por horas. Algo se movía detrás de su amante sin rostro, algo negro y serpenteante que se enrollaba en una de sus piernas como si fuese una serpiente constrictor. Quería alargar la mano y tocarla pero se vio forzado a parar cuando el interior de su amante se contrajo con fuerza a manera de advertencia, un gemido estrangulado emergió de su boca aun ocupada, empujando su miembro hacia arriba tan profundo como podía dentro del otro cuerpo.

Las caderas de su acompañante comenzaron a saltar sobre su pene a un ritmo brutal de forma inesperada. Era un contraste demasiado fuerte entre los suaves bamboleo de antes al agresivo movimiento incontrolable de ahora. Los gritos de placer y dolor se quedaron atrapados en su garganta, la otra persona se negaba a dejar ir su boca, ni siquiera para permitirle respirar adecuadamente. Por un segundo pensó en detenerle, pero se halló incapaz de reunir las fuerzas suficientes para mover sus brazos.

Sentía como la falta de oxígeno sumergía lentamente su mente en una niebla espesa, sumado el placer y dolor, era cuestión de tiempo para que desfalleciera, y como si sintiera su debilidad, su pareja misteriosa se dejó caer con un brusco rebote final sobre sus caderas, arrancándole un fuertísimo órganos que lo envío, como un puñetazo, directo a la inconsciencia.

-Nos vemos luego cachorro... siempre es un placer pasar las noches contigo...-Logró escuchar antes de que todo se volviese negro.

-¡Bucky, por todos los cielos, Levántate ya!-Gritó Steve justo sobre su cara, sacándole sin compasión del mundo de los sueños. Con un grito de espanto el castaño giró a toda prisa, buscando escapar del ofensivo grito, enredándose con las sabanas y terminando de cara al piso irremediablemente- Vamos a llegar tarde Buck, date prisa...-Apremió el rubio saliendo de la habitación una vez se hubiese asegurado que su mejor amigo no hubiese sufrido ninguna lesión grave.

Enfurruñado y más dormido que despierto, Bucky se forzó a levantarse para arrastrar sus pasos al interior de baño. Se aseguró de pasarle pestillo a la puerta antes de sacarse la camisa para verse al espejo. Allí estaban, dos conjuntos de marcas rosadas alargándose sobre su piel a ambos lados de su ombligo.

Repasó lentamente cada una de ellas con los dedos, tal parece que había vuelto a emocionarse demasiado en su sueño húmedo. Ya llevaba un par de semanas repitiendo ese extraño sueño con su persona misteriosa, cada noche alguna alocada y placentera fantasía ocupaba su calenturienta mente solo para recibir la mañana con marcas de pasión que él mismo se había hecho en alguna parte del cuerpo. Afortunadamente aún no había tenido ningún accidente vergonzoso en sus pantalones. Compartía el alquiler del departamento con Steve, sería demasiado embarazoso ser pillado en esa situación por el rubio. Aunque extrañamente tampoco despertaba con su erección matutina. Ugh... esperaba no estar envejeciendo, era muy joven para la disfunción eréctil.

-¡Bucky!- Gritó su mejor amigo desde la cocina.

El castaño se apresuró a asearse y vestirse a toda velocidad, pasando por la cocina para recoger el emparedado que Steve había dejado allí para él. Tomó su mochila del sofá en la sala, el mismo lugar donde la había abandonado el día anterior y llegó a la entrada del departamento con los segundos justos para alcanzar a su mejor amigo que le miró de pies a cabeza con desaprobación.

-Eres un completo desastre Buck...-Reprendió acomodándole la chaqueta, el cuello de la playera y el collar que le había regalado para su cumpleaños- Debes configurar mejor tu reloj despertador... te estas quedando dormido muy seguido....

-¿Ahora eres mi madre?- Se quejó el otro en broma, recibiendo un empujón amistoso de Steve para encaminarlo al garaje.

La vieja y fiel motocicleta del rubio aguardaba con un par de cascos que no tardaron en colocarse. Steve se ubicó primero sobre el asiento para encenderla. La máquina revivió con un rugido ronco, manteniendo el motor vibrando con un ronroneo. Bucky subió detrás de su mejor amigo y ambos emprendieron el camino hacia la Academia Advenger.

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⏰ Last updated: Nov 05, 2018 ⏰

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