5 - Gran Navidad

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Las clases de noviembre y diciembre fueron unas de las más tranquilas de todo el año a pesar de las continuas bromas por parte de Sirius y James o por parte de los de Slytherin.

El partido de quidditch de noviembre era lo que más animaba a la gente a tener disputas y los jefes de Slytherin y de Gryffindor eran los que más cantidad de alumnos tenían por castigos y McGonagall era la que más se desesperaba, porque decía que no tenían por qué imitar a la casa de las serpientes. Los alumnos mismamente decían que se defendían.

Lo bueno para todos era que por fin se acercaba Navidad y eso animaba mucho a la gente pues la decoración que se iba haciendo cada día era realmente increíble y todos alucinaban sobre el buen ambiente que había alrededor.

Lily hacía su baúl de nuevo y recogía sus cosas junto con Violet que también se iba a casa de sus padres.

_ Yo por mí me quedaba aquí – se quejó Violet – La próxima vez le pediré a mi madre que me deje aquí. La decoración es asombrosa y cualquier cosa es mejor que estar con el pesado de mi hermano.

_ A mí me gusta estar con mis padres y con mi hermana, pero desde que estoy aquí mi hermana me odia – dijo Lily triste.

Charlize miró con una sonrisa a sus amigas y se tumbó sobre su cama.

_ Nosotras nos quedamos aquí – se rio divertida – Pero os mandaremos regalos, de verdad.

_ Y nosotras a vosotras – dijo Lily enseguida – ¿Tenéis nuestras direcciones, no?

_ Sí tranquila – dijo Emmeline intentando que su amiga conservase la calma.

_ De acuerdo, nos vemos después de vacaciones – abrazó Lily a sus tres amigas una a una – Pasadlo bien y no se os olvide escribirme si no os gusta mis regalos.

_ Lo mismo digo – dijo Violet con una sonrisa y despidiéndose de sus amigas también.

_ ¡Claro! – afirmaron Emmeline y Charlize al mismo tiempo - ¡Pasad una buena navidad!

Lily y Violet bajaron sus baúles con ellas y con sus lechuzas. Vieron en la sala común una gran cola para salir de la torre de Gryffindor y suspiraron consternadas. Enseguida llegaron los prefectos y la cola fue dispersándose y pudieron por fin salir de la torre. Bajaron las escaleras y siguieron al resto de alumnos que tenían como ellas un baúl y salieron al exterior, donde tuvieron que abrigarse un poco, pues hacía un poco de frío.

_ ¡Por aquí, por favor! – oyeron gritar a Hagrid.

De inmediato, salieron corriendo para seguir la voz del guardabosques.

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Remus y Peter recogieron sus cosas como pudieron y una vez que terminaron, se dirigieron a sus otros dos amigos para despedirse de ellos.

_ Bueno, no se os olvide mandarnos los regalos – dijo Sirius en broma – Yo os los mandaré.

_ Y yo – dijo James con una sonrisa un poco arrogante.

_ No se nos olvidará – aseguró Remus con una sonrisa.

_ ¡Eso! – le dio la razón Peter escribiéndolo en un papel que puso encima de toda su ropa del baúl – Así me aseguraré de que no se me olvida.

Sirius y James sonrieron y se despidieron de sus amigos con un suspiro.

Remus y Peter bajaron las escaleras y siguieron a los alumnos hasta abajo. Se taparon bien al notar el frío del exterior y siguieron a la voz de Hagrid. Vieron llegar al tren y corrieron para dejar sus baúles y entraron en el tren y buscaron juntos un compartimiento que estuviera vacío o que no estuviera cerca de la gente más mayor o la gente más fuerte que ellos, pues Remus no se creía capaz de defender si eso a Peter o defenderse él si no era por medio del diálogo. Los únicos que encontraron con esas características fueron dos. En uno estaban dos compañeras que conocían de Gryffindor y el chico con el que se metían James y Sirius. El otro compartimiento estaba casi lleno a excepción de dos asientos y lleno de alumnos de Ravenclaw y Hufflepuff que parecían guardar con recelo los otros asientos.

Hogwarts: Los Merodeadores. Primer Año [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora